El CUC Villalba busca reinventarse

La Asamblea de socios dejó a la luz de la opinión pública la peor crisis institucional en los 38 años de existencia del CUC Villalba. Nunca antes hubo tanta deuda -573.000 euros, casi 100 millones de pesetas-, ni tanta falta de iniciativa de una masa social que, a diferencia de la crisis de 1996, no posiciona futuribles a la presidencia, al menos de momento, quizá por lo que impone la cifra anterior. Las elecciones están convocadas para el jueves 6 de noviembre (20:00 horas), sin que se conozcan aún candidaturas. Asusta que a fecha de 30 de septiembre, el CUC Villalba deba dinero a todos menos a la Seguridad Social y Hacienda. A saber: 426.000 euros a los presidentes salientes; dos meses de sueldos a los jugadores del año pasado (86.000); 25.700 a colaboradores; 52.400 al Ayuntamiento por el canon de la publicidad del estadio, jamás explotada, más otros 12.500 del canon de los bares...Un sumidero en negativo para el que Fútbol Gestión, la empresa contratada por cinco años a razón de 2.500 euros al mes, presentó en la Asamblea un plan de viabilidad económico que prevé un drástico recorte presupuestario que genere superávit para combatir las deudas. Su gerente, Marco Antonio Argüelles, planteó destinar el 90% de los posibles beneficios a los retrasos con los jugadores, y el 10 % restante a rebajar la deuda con los presidentes salientes, que dimitieron por escrito. La esperanza, según él, está en los 400.000 euros por temporada, 100.000 en ésta, que se calcula ingresar vía publicidad estática. Para optimizar ese recurso, la gestora pretende la contratación de la empresa especializada Sombra Cero.

El plan deberá someterse al visto bueno de los socios una vez se configure la nueva directiva. Unos socios que no asumieron como deuda propia la cantidad que se debe a los ex presidentes, alegando “desinformación” y “despilfarro” del dinero. El socio número 8, José María Díaz Léndez, adujo que “de haberse sabido las cantidades, a lo mejor se hubiese hecho una moción de censura”. Como muestra, una cifras: la primera plantilla del año pasado costaba 38.000 euros mensuales y, según el propio Argüelles, “algunos jugadores cobraban más que otros de clubes de Segunda División que nosotros gestionamos”. Varios de esos futbolistas (Serna, Espino, Gustavo de la Parra, Alcolea) han denunciado o prevén denunciar sus contratos. Contra ello, el CUC Villalba pretende hacer valer el carácter privado de esos documentos, que estipulaban cantidades no declaradas ante la Federación, como reconoció el propio Argüelles: “Tendrían muy difícil ganar un juicio”. Otros jugadores, los más antiguos, como Rodri, Toni o Calvo, esperan que el club los llame para cobrar y después mover ficha: “Estamos expectantes con las elecciones y no cerramos la puerta. Hicimos un proyecto en un mes que captó mucho dinero de empresarios de Villalba y nos encantaría ayudar al club buscando apoyos. Pero con tiempo”.

El Villalba visita al Madrid C con un bagaje de 31 goles en contra
Valdebebas no es precisamente el campo más propicio para ir a buscar la primera victoria, pero al CUC Villalba no le queda más remedio. Será este domingo cuando los amarillos se vean las caras con el equipo de Díaz Carlavilla, un Real Madrid C que, pese a todo, no es aquél que dirigía Esteban Granero hace cuatro campañas. El filial blanco ya ha cedido cuatro puntos en su feudo, donde un recién ascendido como el Santa Ana ganó hace dos semanas. El CUC Villalba viaja todavía dándole vueltas al 0-4 encajado ante el Galáctico Pegaso, un correctivo injusto a tenor del juego visto sobre la Ciudad Deportiva. Los amarillos se estrellaron ante la colosal actuación del guardameta suplente de los tricantinos, un Manu Polo que sacó cuatro goles cantados de su portal con 0-0 y 0-1 en el marcador. El resto lo hizo la endeblez defensiva de un Villalba especialmente cojo en los laterales y muy frágil psicológicamente. Los dos puntos logrados sobre 27 posibles -sólo uno menos que el año pasado- son una losa demasiado pesada para un un equipo al que sólo le queda la referencia de la temporada anterior como consuelo, cuando el primer partido se ganó en Humanes en la jornada 11. Todo lo demás es una estadística desoladora con pinta de irreversible.