La crisis económica agrava la situación del sector comercial
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Pocos negocios se escapan de la severa crisis económica que sufre nuestro país, aunque unos sectores lo acusen más que otros. En Collado Villalba el más perjudicado es el de servicios, que hasta ahora ha venido empleando a más del 50 por ciento de los ocupados en esta localidad. La caída de las ventas en estos últimos meses (se habla ya de más del 20 por ciento en relación al año anterior) es consecuencia del encarecimiento de la vida , la subida de las hipotecas y la caída del poder adquisitivo, factores que más inciden en el gasto de los hogares, sobre todo en una ciudad cuyo sustento económico se basa fundamentalmente en la buena salud del comercio minorista y del denominado comercio familiar.
Pero el primer primer síntoma de la recesión económica que ahora vive este municipio se produjo a finales del pasado año al estallar la burbuja de la construcción, sector al que estaban vinculadas muchas familias villalbinas y, sobre todo, una gran parte de los casi 20.000 inmigrantes residentes en Collado Villalba.
Con la locomotora de la construcción parada, el sector servicios empezó a resentirse. Primero fueron las tiendas de muebles, téxtil, electrodomésticos, materiales de construcción, automóviles...; y ahora, al parecer, el sector de la alimentación (aunque en menor medida) es el que empieza a resentirse de una situación que tampoco es ajena a otro tipo de negocios, caso de las farmacias. Al respecto, el titular de una de ellas nos decía: “La venta de productos de parafarmacia ha bajado en estos dos últimos meses y ello ha provocado un descenso en la facturación de más del 30 por ciento”.
Cierre de comercios
Raro es el día en el que no se produce el cierre de uno o dos establecimientos en nuestra ciudad. El rosario empezó en la zona centro (las obras del túnel de Honorio Lozano hicieron más daño que la propia crisis económica) y ahora, cuando no es en El Gorronal, es en Los Belgas; cuando no en Villalba-Pueblo o el P-29, lo cierto es que cada día son mas los que optan por echar el cierre a sus negocios. Esta situación se refleja a diario en el número de personas que acuden a la Oficina del INEM, donde las colas se han convertido en el pan de cada día de muchos trabajadores que se desplazan hasta allí para apuntarse al paro o renovar su demanda de empleo. Los madrugones para asegurarse un lugar privilegiado en la fila (la fotografía superior fue tomada a primera hora de la mañana) se están convirtiendo en habituales. Desde los años 90 no se recuerda una situación parecida a ésta, que aún puede agravarse más si el Ejecutivo local mantiene la idea de vender terrenos de propiedad municipal para que en ellos se instalen otros negocios que hagan la competencia a los sufridos comerciantes de esta localidad.