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En este sentido, la creación de las oficinas judiciales, con capacidad para abordar numerosos asuntos menores (precisamente los que suelen afectar a buena parte de los ciudadanos), parece que se está convirtiendo en un instrumento útil. Pruebas forenses, notificaciones y tramitaciones de querellas son algunas de las gestiones que se pueden realizar, por lo que de hecho se convierten en un primer paso para soñar con metas mayores. En el caso de Guadarrama, el objetivo es convertirse en cabeza de partido judicial, algo que aún aparece como un sueño algo lejano, pero que con el tiempo podrá hacerse realidad, como ha ocurrido recientemente con Boadilla del Monte. Hasta entonces, iniciativas como ésta contribuyen a que el servicio de la administración de justicia esté más cerca de los vecinos, a la vez que descongestiona en parte la saturada sede judicial de Collado Villalba. En esta localidad, por cierto, también hay otra buena noticia: la creación de un séptimo juzgado. Y a unos kilómetros, en San Lorenzo de El Escorial, en breve se dará a conocer el proyecto para construir unas nuevas instalaciones que agrupen y mejoren los tres juzgados con que cuenta este municipio. Aún queda mucho por hacer, pero con actuaciones como éstas parece que estamos en el buen camino.