Tendero y Pinar dejan su impronta en Los Molinos
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
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Tendero cuajó dos buenas faenas, cortando cuatro orejas (Foto: Á. Blanco) |
La feria de Los Molinos ha cosechado unos satisfactorios resultados. Un ciclo compuesto por tres novilladas picadas, donde se han visto cosas muy brillantes.
El general, el ganado ha funcionado, los toreros han tenido actuaciones muy prometedoras y el público ha respondido en buena medida al reclamo de los carteles. Han destacado nombres como Miguel Tendero, Rubén Pinar y Miguel Ángel Delgado, y los encierros de Espartaco y Ana María Bohórquez fueron los mejores.
El Ayuntamiento hace un loable esfuerzo por conseguir buenos espectáculos, y este año lo ha logrado.
La feria dio comienzo el viernes 13 de septiembre un una novillada de bellas hechuras y bien presentada de Juan Antonio Ruiz Espartaco. Un sexteto que ofreció un juego potable para los toreros por su fijeza, clase y nobleza, y donde destacó el primer novillo lidiado, que fue premiado con la vuelta al ruedo.
El gran triunfador de la tarde y de la feria fue Miguel Tendero, que tuvo dos actuaciones notables. Tuvo pasajes muy buenos con el excelente novillo que abrió plaza, cortándole las dos orejas. Todavía más entidad en la labor que realizó frente al cuarto donde se impuso y consiguió someter al de Espartaco. Metió al novillo en la muleta con gran contundencia y el público se entregó sin contemplaciones. Volvió a sumar dos orejas.
Javier Cortés anduvo vulgar con su primero ante un astado que no rompió. Estuvo muy desacertado con el acero. Algo más afanoso se mostró con el noble quinto, ante el que estuvo tesonero y, como mató con con mucho más decoro, paseó un trofeo.
Alejandro Esplá dejó en Los Molinos la sensación de que es un novillero que evoluciona. La faena a su primero no paseó de aseada y sin apreturas, pero sin embargo se impuso a la seriedad del novillo que cerró plaza. Esplá le toreó con suavidad y relajo en series de buena factura. Se volcó en el morillo del utrero, cobrando una buena estocada. Se llevó un apéndice.
El sábado 14 se lidió una novillada muy ofensiva de Ana María Bohórquez, a la que sin embargo la faltó un poquito de remate. El lote cumplió y resultó muy manejable, aunque algún novillo pecó de soso. El cuarto, que fue el mejor, fue premiado de manera excesiva con la vuelta al ruedo.
El gran triunfador del festejo fue Rubén Pinar, que constató el mucho sitio y la capacidad que posee a las puertas de su alternativa. Se llevó un trofeo del primero y su faena al cuarto fue la de un novillero de mucha solidez, buscándole las vueltas por ambos pitones con gran autoridad y con una técnica muy depurada. Se llevó otras dos orejas.
Miguel Ángel Delgado paseó un apéndice de cada uno de sus novillos y dejó buen ambiente. Estuvo muy firme y valeroso con su primer oponente, un animal que medía y se quedaba corto por ambos lados y con el que no rectifico un metro. Volvió a brillar con el quinto, al que toreó muy bien y despacio en un trasteo que gusto al público.
Por su parte, Abel Valls defraudó Intermitente en su primero, comenzó bien la faena al sexto, para perderse luego en un trasteo muy largo. Fue silenciado.
El abono se cerró el domingo 14 con una novillada santacolomeña de Rehuelga que ofreció un juego decepcionante por mansa, descastada y deslucida. Fue el lunar de la feria. El cartel no ofrecía grandes alegrías, por lo que al mal juego del ganado se sumó la desconfianza de la terna.
Pepe Moral pechó con un lote manso y que pronto se rajó y no paso de discreto. Oliver Godoy anduvo solvente y poco comprometido con dos ejemplares mansos y Pedro Marín desaprovechó al novillo de más posibilidades, el sexto, con el que se mostró desconfiado y sin sitio
El novillero local Borja Antón, con un eral encastado y bravo de La Reina, realizó una faena entonada. Cortó los máximos trofeos y el novillo fue premiado con una vuelta.