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Iván Vicente y Castella, primeros triunfadores en Colmenar Viejo

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Iván Vicente se perfila por méritos propios como el gran triunfador de la Feria de los Remedios de Colmenar Viejo tras cortar, en dos tardes, tres orejas . El ciclo, organizado por primera vez por la empresa Taurodelta, presentó una buena cartelería, con la vuelta a Colmenar después de muchos años de ganaderías de primera fila. Sin embargo, como ocurre tantas veces, los toros no quisieron embestir y aunque han valido varios ejemplares sueltos, ninguna corrida ha terminado de embestir.
La feria arrancó el pasado sábado 30 de agosto con una corrida con el hierro de Adolfo Martín. El conjunto resultó demasiado soso y le faltó la clásica casta y chispa de este hierro, pero con todo hubo dos toros buenos, tercero y quinto. “Joselillo” estuvo a punto de cortar la oreja del tercero, un animal pronto, fijo y repetidor, que embistió por ambos pitones. Le toreó bien sobre la mano derecha, pero pinchó y perdió un trofeo.

Otra oreja pudo pasear “El Fundi” del cuarto, un toro noble pero de poco fondo, al que el madrileño le buscó las vueltas y dejó momentos brillantes, pero no estuvo con la espada como acostumbra. Serafín Marín tuvo una tarde muy gris y no aprovechó lo mucho que humilló el quinto.

El domingo 31, Iván Vicente abrió la puerta grande tras cortar una oreja a cada uno de sus toros con el hierro de Alcurrucén, que lidió un encierro muy serio y astifino y con juego interesante. Destacar del madrileño su faena al cuarto, con el que estuvo muy entregado. Una oreja generosa paseó Luis Bolívar y una más sumó Morenito de Aranda en una labor de detalles y pinturería.

El lunes 1 de septiembre se anunció un cartel muy rematado con Enrique Ponce, “El Cid” y Sebastián Castella, ante un encierro del Puerto de San Lorenzo, bien presentado pero que en general decepcionó por su mansedumbre y falta de raza. Sólo el quinto fue un buen toro y el tercero fue manejable.

Castella salió a hombros tras cortar una oreja a cada uno de sus toros. Al primero, merced a un trasteo valiente y dispuesto, coronado de una buena estocada, y en su segundo por una faena donde le toreó muy bien sobre la mano derecha, para luego buscar cercanías, metiendose entre los pitones. Pudo llevarse dos trofeos si no pincha. “El Cid” sorteó el mejor toro, el quinto, pero cuando mejor estaba acoplándose a la buena embestida del astado del Puerto, el diestro sufrió un esguince y tuvo que dar muerte a su oponente, lo que acabó con toda posibilidad de triunfo. Enrique Ponce se estrelló con un lote imposible y sólo pudo brillar en un excelente saludo de capa al cuarto.
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