El Monasterio y el Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial es, desde esta semana, la primera maravilla de la Comunidad de Madrid, tras culminar el proceso de elección de los monumentos más importantes de la región. El consejero de Cultura y Turismo, Santiago Fisas, presidió el martes el acto de entrega de los diplomas acreditativos a los responsables de las Siete Maravillas del Patrimonio Cultural Material de la Comunidad de Madrid, elegidas por votación ciudadana. También estuvo presente el presidente del Bureau Internacional de Capitales Culturales, Xavier Tudela, y el director general de Onda 6 TV, Juan Carlos García, como representantes de las dos instituciones que idearon y desarrollaron la iniciativa.
Más de 20.000 votosTras la recepción de más de 20.000 votos emitidos, las siete maravillas son: el Monasterio y Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial, el más votado, con el 20,94 por ciento; el Palacio Real de Madrid (11,69 %); la Universidad y Recinto Histórico de Alcalá de Henares (8,59%); la plaza Mayor de Chinchón (8,27%); el Museo del Prado (6,84%); el Paisaje Cultural de Aranjuez (6,79%); y la plaza Mayor de Madrid (6,58%).
También figuraban en la lista de candidatos otros monumentos y espacios de la región, como los castillos de Batres y Manzanares, la Biblioteca Nacional, el Templo de Debod, la Puerta de Alcalá, la Catedral de la Almudena, el Palacio de las Descalzas Reales, los museos Thyssen y Reina Sofía o la Iglesia de los Jerónimos. La Consejería de Cultura y Turismo señaló que apoya esta iniciativa por su vinculación con los objetivos de protección y difusión del patrimonio histórico de la región. Santiago Fisas destacó que “un mayor conocimiento de nuestro patrimonio es el mejor medio para su protección y su disfrute por parte de los ciudadanos. Además, este proyecto coincide plenamente con la política de promoción de la diversidad y riqueza de nuestro patrimonio cultural e histórico como atractivo turístico para los madrileños y todos aquellos que nos visitan”.
El legado de Felipe IIEn pocas ocasiones un hecho histórico concreto y un solo monumento han sido tan determinantes para una localidad. Antes del siglo XVI, la pequeña aldea que liego sería San Lorenzo de El Escorial apenas era conocida por quienes vivían a 40 kilómetros de allí, en la Villa de Madrid.
Sin embargo, esto iba a cambiar cuando subió al trono el joven Felipe II y tuvo que hacer frente de forma inmediata a la inesperada agresión francesa contra Flandes. Tras preparar rápidamente un ejército, el que luego sería conocido como el Rey Prudente se puso al frente de sus tropas para atacar la Picardía y encontrarse por fin con el enemigo en agosto de 1557 en San Quintín. La victoria española fue tan importante y el impacto de la batalla tan poderoso en los ojos del nuevo monarca, que Felipe II tomó dos históricas decisiones en ese momento: La primera fue no volver a vivir en persona ninguna otra acción bélica. La segunda, y más trascendental, consistió en erigir en agradecimiento a Dios una de las maravillas de la Humanidad, el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, algo que se llevó a cabo bajo el mando del maestro Juan Bautista de Toledo, ayudante de Miguel Ángel Buanorotti, y luego de Juan de Herrera. Los trabajos terminaron 20 años después, un tiempo récord para la época y la magnitud de la obra, y el resultado es el edificio más singular de nuestro país y uno de los más importantes del mundo.
Una obra maestra internacional, hoy considerada Patrimonio de la Humanidad, pero también muy definitoria del alma española. Palacio, monasterio, biblioteca y mausoleo, obra maestra del Renacimiento y precursor del Barroco, San Lorenzo de El Escorial serviría de eje alrededor del cual crecería el pueblo del mismo nombre, especialmente tras la real orden de Carlos III autorizando la construcción de viviendas particulares en torno al monumento.
(Fuente:
www.madrid.org)
La gran piedra lírica* “El cual Monasterio fundamos a dedicación y en nombre del bienaventurado San Lorenzo, por la particular devoción que, como dicho es, tenemos a ese glorioso santo, y en memoria de la merced y victoria que en el día de su festividad de Dios comenzamos a recibir” (Felipe II, en la Carta Fundacional del Monasterio).
* “Nadie ve El Escorial sin Ilenarse de gloria, de orgullo nacional; recuerda el poder, la riqueza, la civilización, los conocimientos e influjo de esta gran nación en el siglo XVI” (José de Quevedo).
* “Hosco y silencioso aguarda el paisaje de granito, con su gran piedra lírica en medio, una generación digna de arrancarle la chispa espiritual” (José Ortega y Gasset).
* “Es un lugar que no debería haber español alguno españolizante -esto es, dotado de conciencia histórica de su españolidad- que no lo visitase alguna vez en la vida, como los piadosos musulmanes La Meca” (Miguel de Unamuno).