El mirador
El talante de Zapatero
María Lamelas
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Los insignes ministros del Ejecutivo que preside Zapatero alardean, sobre todo cuando la prensa no está al acecho, de los logros conseguidos por el Gobierno socialista en estos dos años de mandato. Incluso los hay, caso de José Bono, que no dudan en afirmar que lo mejor de este equipo es el talante, aunque también haya reconocido que lo peor sea la indefinición en temas como el de la solución territorial, donde los catalanes campan a sus anchas y los vascos están al acecho para ver hasta donde pueden llevar sus reivindicaciones en este asunto.
Pero aún así, ministros como Bono o la propia vicepresidenta Fernández de la Vega, insisten que este Gobierno dialoga más y regaña menos a quienes no piensan como ellos (no creemos que piensen igual Rajoy, Zaplana y Acebes). Cuando se habla de crispación -al menos eso dice José Blanco- habrá que mirar hacia otros lados, porque desde Ferraz nunca se ha dicho una palabra más alta que otra, lo cual debe querer decir que con el PSOE en el poder estamos en el mejor de los mundos posibles, porque ni la televisión pública ni los medios que controla el Gobierno manipulan como antaño; en La Moncloa se hace política de puertas abiertas y el presidente no descalifica a sus adversarios. En este aspecto, algunos de los fontaneros que prestan sus servicios en la sede monclovita reconocen que ZP se ha alejado bastante de aquel inofensivo Bambi que algunos pintaron en vísperas del 14-M.
Donde hay unanimidad es a la hora de reconocer las asignaturas pendientes de José Luis Rodríguez Zapatero, destacando entre ellas la falta de claridad, el compadreo y la incertidumbre creada en la negociación de asuntos tan esenciales para el futuro de nuestro país, caso de las reformas territoriales, estatutarias y constitucionales; la supuesta negociación con HB y ETA para lograr (¿a qué precio?) un alto el fuego; la proliferación de planes absurdos que afectan a sectores tan sensibles como el de la vivienda o la educación, sin olvidarnos de la sensación confusa que están generando tanto entre la familia progresista como en los grupos conservadores su difícil y compleja convivencia política con ERC, CiU e Izquierda Unida. No va a resultar nada fácil para el Gobierno socialista tapar estos problemas volviéndonos a recordar que ellos retiraron las tropas de Irak, que endurecieron las medidas contra la violencia de género y que legalizaron el matrimonio homosexual, porque eso ya está consumado y en política pocos son los que miramos hacia atrás. Por eso no me sorprende que Bono haya dicho que lo mejor del Gobierno de ZP es el talante, algo con lo que yo no estoy de acuerdo, porque ese talante empieza a resultar insufrible cuando descubres, como ya ha dicho alguien, que se trata del talante del ganador perpetuo que, por el hecho de ganar, cree que siempre tiene razón.