Debate en Galapagar

El miércoles por la tarde se celebró en Galapagar, a petición del PP, un pleno extraordinario sobre la situación de la localidad, que los populares consideran como crítica, acusando al cuatripartito de incumplir sus compromisos y provocar una fuerte parálisis. Poco nuevo se pudo escuchar en la sesión, aunque continúa siendo llamativo que el edil de Foro Verde no acudiese a la misma, demostrando una vez más que va por libre y que las tensiones en el Ejecutivo son más que evidentes. Mientras tanto, la alcaldesa, Carmen Toledano, parece anclada en el mismo discurso de hace meses: la precaria situación económica del Ayuntamiento. Sin embargo, esta situación no es muy distinta de la que sufren otros municipios de la zona, por lo que la coartada empieza a dejar de tener validez mientras los meses pasan y los vecinos se encuentran con que los problemas están lejos de desaparecer.

Un buen ejemplo en este sentido es el de la recogida de podas, que ha llegado al punto de colapsar las instalaciones del Punto Limpio debido a los vertidos realizados por el propio Ayuntamiento. Aquí de poco valen las excusas -ni siquiera el enfrentamiento con FCC-, puesto que a los políticos cabe pedir que no tiren balones fuera ni miren hacia otro lado, sino que pongan de inmediato los medios para resolver cuestiones como esta. Algo parecido ocurrió hace semanas en el conflicto con la Policía Local, que derivó en el aumento de las multas a los ciudadanos.

Frente a esto, las noticias que llegan desde el cuatripartito tienen que ver más bien con las crecientes diferencias, y como último episodio encontramos las críticas de PdeVG a la financiación de Galapajazz. El portavoz del Partido Popular fue contundente en el pleno al pedir a los ediles de esta formación “coherencia” con lo que dicen en los comunicados de prensa. Algo parecido cabría decir de la actuación del edil de Foro Verde, José Luis Barceló, sobre todo cuando estamos hablando de los problemas y necesidades de los vecinos -que son quienes al fin y al cabo les votaron- y no de los intereses particulares. Pero esto es algo que, por desgracia, nuestros políticos olvidan con demasiada facilidad.