Estados Unidos planta otra base en África

La creación de la nueva base africana fue anunciada en febrero del año pasado por el secretario de Defensa, Robert Gates. De esta forma se ponía en práctica la voluntad de su predecesor, Donald Rumsfeld, de llevar África al primer plano de la lucha antiterrorista.

Salvo Liberia, el resto de naciones africanas se opuso a las peticiones de Washington. Entre los argumentos de los países reticentes figuraba el de que EE UU sólo quiere explotar los recursos minerales y petrolíferos del continente. Además de las sospechas de que el Ejército estadounidense pudiera estar planificando la creación de una red de bases militares en África. En este momento hay unos 2.400 soldados, sobre todo en Yibuti.

Decenas de ONG y grupos de ayuda humanitaria de Washington han manifestado en la revista The Nation que "una mayor presencia militar estadounidense en África seguirá el patrón de explotar los recursos mientras se planea ayudar a diversas facciones que se encuentran sumidas en sangrientos conflictos desestabilizando". Estos grupos de oposición a la iniciativa militar se han organizado en una campaña bautizada como Resist Africom.

El Pentágono justifica la presencia militar en suelo africado, explicando que Africom desarrollará una labor de inteligencia sobre las células durmientes islamistas en el Magreb, el Cuerno de África y países de mayoría musulmana.