Luces y sombras
Más sombras que luces en el primer año de legislatura. La financiación de las arcas municipales, asignatura pendiente de nuestros ayuntamientos
Manuel J. Ortega
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
El pasado martes se cumplió el primer aniversario de la actual legislatura municipal, un periodo que a tenor de lo manifestado por la mayoría de los responsables de las corporaciones serranas se puede calificar de bastante preocupante dadas las dificultades surgidas a la hora de conseguir financiación para las haciendas locales. El pinchazo de la burbuja inmobiliaria y la crisis económica que sufre nuestro país se ha convertido en una auténtica pesadilla para los regidores de unos consistorios que estaban acostumbrados a manejar presupuestos multimillonarios y que ahora se sienten impotentes para conseguir ajustar sus cuentas.
Se suele decir que el primer año de cualquier legislatura no ofrece muchas novedades, pero aún así hemos decidido hacer un breve repaso sobre los aconteceres más importantes vividos por nuestros ayuntamientos en los últimos 12 meses.
Empezamos en Torrelodones, donde el Ejecutivo que preside Carlos Galbeño y la oposición mantienen planteamientos totalmente opuestos en relación a la reclasificación de las 128 hectáreas del Área Homogénea Norte, zona situada entre la A-6 y la carretera de El Pardo, donde el consistorio propone la construcción de 1.536 viviendas y un campo de golf. La patata caliente está ahora en manos de la Comunidad de Madrid.
Desde que en febrero de este año, Carmen Toledano, alcaldesa de Galapagar, anunciara que el Consistorio estaba en quiebra económica, las cosas empezaron a pintar mal para un municipio donde cada día salta a la palestra algún nuevo problema, al margen de los ya habituales relacionados con la inseguridad ciudadana, los desencuentros entre Policía Local y Ejecutivo, las complicaciones de tráfico y aparcamiento, el malestar indisimulado del personal del Ayuntamiento, el deterioro de los servicios públicos (limpieza, recogida de basuras, centros escolares, etc) y el enfrentamiento entre algunos de los integrantes de las cuatro formaciones políticas que forman el Equipo de Gobierno (PSOE, Plataforma de Vecinos, Activa y Foro Verde), incluso a la hora de consensuar el nuevo PGOU.
Tampoco están para tirar cohetes los integrantes del tripartito de Colmenarejo (APIC, PSOE e IU), a cuyo frente se encuentra la alcaldesa, María Isabel Peces-Barba. La inseguridad y los problemas de escolarización son, entre otras, las mayores preocupaciones de los colmenareños en este primer año de legislatura.
Los aconteceres vividos en Valdemorillo en este mismo periodo se pueden calificar de más de lo mismo. La regidora, Pilar López Partida, sigue pertrechada en el bunker de su mayoría absoluta y niega hasta la mayor. PIVALDE y Progresistas de Valdemorillo han denunciado en varias ocasiones la grave situación económica por la que atraviesa el Ayuntamiento y el PSOE acaba de denunciar a la alcaldesa por “presunta actuación negligente” ante la Fiscalía del Tribunal de Cuentas. En cuanto al PGOU, avalado sólo por López, ante la clara oposición del resto de los partidos políticos, dos años después de su presentación corre el riesgo de ser rechazado al carecer de las más elementales medidas medioambientales, sociales y económicas.
Tras cuatro años de inactividad, el Ayuntamiento de El Escorial ha conseguido en estos 12 meses poner de nuevo en marcha su engranaje y pese a las penurias económicas por las que atraviesan sus arcas municipales, el Ejecutivo que preside el popular Antonio Vicente ha retomado asuntos tan importantes como el de Montencinar o el de las viviendas del Ensanche. En poco tiempo también tendremos noticias sobre la redacción del nuevo PGOU.
En San Lorenzo, con el 86 por ciento del término municipal protegido, su regidor José Luis Fernández Quejo centra todas las expectativas de crecimiento en el polígono comercial (situado entre la M-527 y la carretera de Guadarrama) y la aprobación del Plan General que permitiría la recalificación de la finca Monesterio, donde se podrían construir, al menos en una primera fase, poco más de 1.000 viviendas. Preocupa la crisis económica que afecta a Europa por su incidencia en el sector turístico y por tanto en la economía de los comerciantes del Real Sitio.
También las arcas municipales del Ayuntamiento de Guadarrama se resienten de la crisis y su alcalde, José Ignacio Fernández Rubio, así lo ha manifestado. Lo positivo de este año de legislatura son las obras de acondicionamiento del casco antiguo y lo negativo el contencioso judicial que afecta al regidor y a tres ediles, acusados de prevaricación por conceder una licencia de explotación a un restaurante de la localidad.
La mayoría absoluta obtenida por el PP de Alpedrete en las elecciones del pasado 27 de mayo, parece haber calmado los ánimos en el seno municipal, donde gobierno y oposición estuvieron a la greña durante parte de la pasada legislatura. Marisol Casado espera también la aprobación del PGOU para reactivar el municipio.
El regidor de Moralzarzal, que revalidó su mayoría absoluta, ya ha anunciado que abordará de inmediato la remodelación del casco urbano, un Centro de Juventud, un nuevo colegio público y una residencia de mayores. No obstante, su actuación estrella sigue siendo el de Los Praderones, y así lo ha reconocido recientemente José María Moreno, al afirmar que “con toda seguridad este año el proyecto se pondrá en marcha”.
Finalmente, llegamos a Collado Villalba, donde a medida que pasan los días se le abren nuevos frentes al Ejecutivo presidido por José Pablo González. Al margen del interminable y escabroso tema de la recepción de las obras del túnel-parking de Honorio Lozano, de la grave situación económica por la que atraviesa la tesorería local y de la privatización de algunos servicios municipales, ahora ha surgido el de La Chopera, finca protegida por su riqueza medioambiental que el Consistorio ha ofrecido a la Comunidad de Madrid para que en ella construya el futuro hospital comarcal.
Como observarán, la mayoría de los consistorios serranos tienen ante sí una larga y difícil legislatura donde la asignatura a aprobar es la de su propia financiación. Y esto no ha hecho más que empezar.