El campo argentino pone fin a la huelga para retomar la negociación

Esta suspensión de la huelga no es la primera. El pasado 2 de abril el sector agropecuario, que cuenta con casi 300 mil productores, había accedido a una tregua de treinta días tras tres semanas de paro que mantienen en protesta contra los impuestos a las exportaciones de granos que dispuso el Gobierno argentino. Esta anterior tregua se fustró el pasado 7 de mayo por el firme rechazo al incremento de las retenciones y la falta de disposición del Ejecutivo a negociar la medida.

Por ello, el sector había resuelto extender hasta el próximo miércoles su decisión de no comercializar granos con destino a la exportación, en momentos en que en todo el planeta se hace sentir con fuerza el encarecimiento de la oferta de alimentos. Argentina es el primer exportador mundial de girasol, el segundo de maíz, el tercero de soja y el cuarto de trigo; por lo que una huelga allí tiene consecuencias a nivel global.

Se calcula que los productores han retenido casi un 45 por ciento de la cosecha del país, que comenzarían a liberar a partir del miércoles. Tan grave es la situación, que el Gobierno de Cristina Fernández bajó el tono de la disputa que mantiene con los representantes del campo, con el objetivo de restablecer el diálogo interrumpido hace ya dos semanas. Incluso la Iglesia ha pedido que se llegue pronto a un acuerdo entre las partes.