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Diego Urdiales, Ferrera y ‘Joselillo’, primeros destacados en San Isidro

Por ALFREDO FERNÁNDEZ
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Natural de Diego Urdiales a su primero  (Foto: WWW.LAS-VENTAS.COM)
Natural de Diego Urdiales a su primero (Foto: WWW.LAS-VENTAS.COM)
La Feria de San Isidro comenzó el pasado jueves 8 de mayo con un encierro de Martelilla demasiado descastado, soso y flojo, remendado con un sobrero grandullón de Albarreal. La tarde resultó muy aburrida por el poco juego del ganado y las actuaciones de los tres toreros. Antón Cortés se llevó el toro más manejable de la corrida y no terminó de aprovecharlo. Su toreo periférico y sin ajuste no convenció a la cátedra venteña. Fue volteado sin consecuencias. Eduardo Gallo y Ambel Posada pasaron sin brillo ante lotes sin opciones.

El viernes regresó la ganadería de Baltasar Ibán a Las Ventas. Vacada señera en épocas pasadas que se encuentra en un gran bache del que se hundió un poco más en su paso por Madrid. El futuro de esta divisa preocupa. Una lástima. El encierro, al límite de presencia para Las Ventas, estuvo muy en el tipo de la casa, y ni con esas funcionó. Mal Asunto. Ningún toro rompió y casi todos desarrollaron brusquedad y feo estilo y llegaron a la muleta dando saltos y brincos. Sin cortar orejas, tuvo una gran actuación “El Fundi”, convenciendo un poco más a esta dura plaza que siempre se le ha mostrado agria. Demostró mucha capacidad, aplomo y plantó cara con mucha honestidad ante un lote descompuesto. Saludó dos fuertes ovaciones y estuvo muy por encima de su lote.

López Chaves tuvo una tarde muy espesa y sin ideas y se mostró escaso de recursos con un manejable sobrero de Navalrosal. Por su parte, César Jiménez dejó atisbos de buen toreo con un Ibán que prometió, pero que se paró, y anduvo desdibujado con el bruscote animal que cerró la tarde.

La divisa de Peñajara lidió una muy potable corrida el pasado sábado. Si como dijo el maestro Antoñete el encierro lidiado en Valdemorillo no valió un duro, ésta sí que fue buena de verdad. Varios toros rompieron con buena clase y ritmo en la muleta. Fue una grata sorpresa y una ruina que los tres toreros desperdiciaran esta oportunidad.

A Manolo Sánchez le tocó un primero excelente, confiándose muy tarde y sin apretar el acelerador, por lo que su faena no tomó cotas altas. Eugenio de Mora no se entendió con ninguno de su lote en una tarde muy preocupante. Antonio Barrera dio la única vuelta al ruedo de la tarde en el sexto por una faena de más voluntad y deseos que de acabar de estar a la altura.

El domingo se lidió una corrida de Dolores Aguirre, mansa y deslucida hasta decir basta. Un año más esta ganadería fracasó en Las Ventas. Merece que descanse una temporada. Se lo ha ganado a pulso. Fue un tostón. Pobres aficionados de Alpedrete que tendrán que padecer esta ganadería en su feria. Su mansedumbre es galopante.

Una gran alegría
La tarde deparó una gran alegría. Madrid es única para esto. Fue “Joselillo”, un vallisoletano que vino a confirmar su alternativa. El chaval estuvo muy bien toda la tarde.

Con su primero estuvo muy firme y valeroso ante un dolores que daba verdaderos dolores de cabeza por su mucha guasa. Valiente “Joselillo”, que recibió una espeluznante voltereta y que no se amilanó. Fue ovacionado. La oreja se la arrancó al sexto, un animal más manejable al que el pucelano le planteó una faena muy sincera y donde en ocasiones corrió muy bien la mano y toreó con sobriedad y hondura. Cobró una buena estocada y se le otorgó un trofeo. Por su parte, Robleño pasó de puntillas con un lote malo y Sergio Aguilar estuvo falto de técnica con dos toros complicados y a contraestilo.

La ganadería de Montealto lidió una buena novillada el lunes 12. El encierro resultó manso en varas y salió muy suelto, pero hubo tres novillos (segundo, tercero y sexto) con movilidad, clase y nobleza en el último tercio. Miguel Tendero rozó la puerta grande y estuvo a gran nivel. Es un torero poderoso y de temple que baja mucho las manos a los novillos y torea con aplomo y verdad. Al sexto le toreó muy bien de capa y en su faena de muleta estuvo a la altura del exigente utrero de Montealto. Ya había dado la vuelta al ruedo Tendero en su primero tras aprovechar la buena condición de su oponente.

Otra oreja fue a parar a manos de Rubén Pinar del segundo novillo, un precioso ejemplar que se movió mucho en la muleta. El novillero le toreó con mucho oficio y sin apreturas, conectando mucho con el público. Se le vio muy suelto y lleno de capacidad, destacando en varios pases de pecho. Mató bien y la oreja fue suya. Con su segundo, se puso pesado haciendo gala de un torero ventajista y de aplauso fácil que en esta plaza no sirve. El público se metió con el torero y su labor no gusto. “Chechu” pasó de puntillas y no estuvo a gusto en toda la tarde.

Diego Urdiales fue el martes la otra gran sorpresa de este inicio de feria. Sustituía a Serafín Marín y supo aprovechar la oportunidad. Pudo estar todavía mejor, porque su lote fue excelente, pero para un torero que apenas se ciñe el vestido sería cruel pedirle más. Le tocaron dos buenos toros de Carmen Segovia. Su primero fue bueno y con clase. Le toreó muy bien y con pulso y hubo fases de mucho gusto y desmayo. Si le mata bien le corta una oreja. Sí lo hizo con el cuarto, un toro serio pero muy noble. Su faena fue de menos a más y terminó muy confiado y toreándole bien y con hondura sobre ambos pitones. Su espadazo fue sensacional.

La otra oreja de este inicio de San Isidro se la llevó Antonio Ferrera el pasado miércoles de un toro de Pereda. Le banderilleó con mucha exposición y realizó un trasteo entendiendo muy bien al toro y exprimiéndole al máximo. Buena actuación del extremeño, rematada de un soberbio espadazo. Esplá tuvo una tarde muy tibia y Luis Miguel Encabo tampoco encontró la tecla del triunfo ante un encierro de Pereda que se dejó, pero sin romper nunca hacía delante como se exige para triunfar en Madrid.
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