José Manuel Más corta la única oreja en la Feria de la Comunidad
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
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Uceda Leal, en la corrida goyesca del 2 de mayo (Foto: WWW.LAS-VENTAS.COM) |
Dos corridas de toros y dos novilladas con picadores conformaron la Feria de la Comunidad, que se celebró en la plaza de Las Ventas de Madrid el pasado puente. Cuando estos festejos eran de abono la plaza se llenaba cada tarde, pero ahora al no ir incluidos en el “abono cautivo”, la asistencia de público ha decrecido. Únicamente hubo lleno en la corrida goyesca del 2 de mayo. Esa tarde se lidió un manso encierro de Valdefresno, con un gran toro que abrió corrida. Uceda, El Cid y Castella se marcharon sin dar ni una vuelta al ruedo.
En la corrida de San Martín jugada el domingo 5, dejó un buen sabor de boca Morenito de Aranda, que confirmó su alternativa y dio una vuelta al ruedo. Los tres primeros toros resultaron extraordinarios. Golpe de efecto de esta vacada.
En las dos novilladas celebradas, el más destacado fue José Manuel Mas, que tuvo una actuación importante y cortó el único trofeo de esta miniferia. También dio una vuelta al ruedo en la novillada celebrada el 1 de mayo Francisco Pajares.
El festejo de mayor abolengo de este aperitivo isidril era la corrida de toros goyesca celebrada el jueves 2 de mayo. Plaza llena y un buen cartel formado por Uceda Leal, El Cid y Sebastián Castella ante una ganadería que el pasado año echó en esta plaza dos buenos toros pero que esta vez no funcionó, Valdefresno. El encierro, muy bien presentado y serio, pecó de manso, descastado y deslucido. Sin embargo, el toro que rompió plaza resultó excelente. Repitió, hizo el avión y embistió con mucha trasmisión, aunque con el único defecto de apuntar rajarse. Pero eso no era óbice para ser un ejemplar propicio en Madrid para cortarle las dos orejas. No se puede decir que Uceda Leal estuviera mal, pero tampoco lo suficientemente bien para desorejarle. Hubo momentos brillantes, pero al conjunto le faltó redondez y acabó la faena con demasiada brevedad. Pudo cortarle un trofeo si maneja el acero al primer viaje.
El Cid se estrelló con un lote infumable compuesto por un toro complicado y con otro deslucido, por lo que en esta ocasión el sevillano pasó de puntillas por Las Ventas.
Sebastián Castella se mostró espeso con un sobrero de Alcurrucén manejable pero sin la suficiente emoción para esta exigente plaza.
El sexto fue un toro de Valdefresno manso, pero que embestía con cierta fuerza. El comienzo de faena con pases cambiados por la espalda tuvo interés, pero luego el francés se perdió en una labor destemplada y con sucesivos enganchones que deslucieron su trabajo.
Éxito de San Martín
El domingo 4 de mayo se lidió un interesantísimo encierro de la vacada de San Martín, con sangre Santa Coloma-Saltillo, con tres toros, los tres primeros, de gran juego y grandes virtudes. Ésta si fue una buena corrida y no la novillada de esta procedencia lidiada el 27 de abril y que tanto ensalzaron cuatro estómagos agradecidos.
Morenito de Aranda confirmó la alternativa con un toro excepcional de gran clase, temple y que hizo surcos en la arena con el morro. El diestro le toreó con buen gusto, bien al natural pero a un toro tan excelente en Madrid hay que estar mucho mejor. Dio una merecida vuelta al ruedo. Estuvo mejor Morenito con el sexto, un ejemplar muy manejable al que toreó con buen gusto sobre ambas manos pero pinchó.
Luis Bolívar tampoco terminó de cogerle el aire al bravo tercero, otro toro de clase, temple y repetición infinita. Su trasteo fue tan pulcro como intermitente. Con el quinto, un toro noble y soso, estuvo a gusto en varios momentos. El público le mide con rigor a este torero que mostró tener un bien aprendido oficio y ser un torero muy válido.
Salvador Vega tuvo una actuación discreta hasta el punto de dejarse el cuarto toro vivo y ver como regresaba a chiqueros. El animal desarrolló sentido, pero a Vega le faltaron recursos. Con su primero, bueno y a más, no encontró tampoco la mecha el torero malagueño.
En cuanto a la actuación de los novilleros, el mejor parado es José Manuel Más, que cortó una oreja el sábado a un sobrero de Torreherberos. Mas, que toreó de forma espléndida de capa toda la tarde, cimentó una faena enganchando y corriendo la mano muy bien en muletazos de gran clase. Oreja muy justa y buena actuación. La novillada de Yerbabuena resultó noble y pastueña, pero floja y sin raza.
En la novillada del 1 de mayo, Francisco Pajares dio una vuelta al ruedo del único novillo bueno del lote de Torres Gallego. Dejó una grata impresión José Carlos Venegas como novillero de valor y de pasarse los utreros a pesar de que no fueran propicios para triunfar.
Un acto lamentable
El domingo, tras estoquearse el primer toro, seis u ocho individuos saltaron al ruedo de Las Ventas portando varias pancartas. Se trataba de antitaurinos que tuvieron la osadía de colarse en la plaza. Las fuerzas de seguridad no los retiraron. Al final, lo tuvieron que hacer los propios trabajadores de la plaza. El delegado no cumplió su cometido. Ha dimitido. El público les abroncó, pero con el civismo de las gentes del mundo del toro de no montar gresca.
En un estado democrático como el nuestro cabe todo, por eso la falta de respeto de esta gente saltó una vez más a la vista.