www.elfarodelguadarrama.com

Berlusconi coquetea con la xenofobia

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
El primer ministro propone cerrar las fronteras y crear campos de detención. Asimismo opinó que el Ejecutivo español es "demasiado rosa" por el número de mujeres.
Pareciéndose muchísimo a sí mismo, incontinente en su explosiva mezcla de populismo, simpatía y sentido de la política-espectáculo, listo para "meter las manos en la máquina del Estado", Silvio Berlusconi volvió ayer al lugar que perdió hace apenas dos años: el poder. Después de la rotunda victoria obtenida en las elecciones del domingo y el lunes sobre el Partido Democrático de Walter Veltroni -unos nueve puntos de ventaja en la Cámara y en el Senado-, Il Cavaliere dio su primera exhibición en Roma al desgranar las medidas que tomará el Gobierno de coalición con la posfascista Alianza Nacional y la secesionista Liga Norte.

Entre ellas, el próximo primer ministro destacó la aplicación inmediata de la Ley Bossi-Fini de inmigración: "Cerraremos las fronteras del país y estableceremos más campos [de detención] para identificar a los extranjeros sin empleo", afirmó, "y comenzaremos a devolver a sus países a los inmigrantes extracomunitarios de los países del Adriático y el Mediterráneo".

Ante una nutrida presencia de seguidores que aplaudían sus chistes y respuestas, Berlusconi empezó contando que había recibido las felicitaciones de los líderes mundiales por su victoria. "Hablando con ellos, me parecía que fue anteayer cuando pasé a la oposición", comentó el líder del Pueblo de la Libertad.

Una periodista de la cadena española Tele 5 - "¡esto es un conflicto de intereses!", bromeó Il Cavaliere- le preguntó por el nuevo Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Y Berlusconi no pudo reprimirse. "¡Nueve mujeres! ¡Él solo se lo ha buscado! Le costará dominarlas. Pero las mujeres son estupendas en la política. Detectan antes que los hombres las necesidades reales de la sociedad, los jóvenes, los ancianos, las mujeres". Un rato antes, había declarado a una radio que el Gobierno Zapatero es "demasiado rosa" para Italia: "Aquí no es todavía tan fuerte la presencia de la mujer". Luego confirmó que su Gabinete tendrá un un tercio de ministras, cuatro de doce.

Berlusconi aprovechó para anunciar su inminente entrada en la alta política internacional. Contó que cenará el jueves con su buen amigo el presidente ruso, Vladímir Putin. "Luego iré al Consejo Europeo en junio, donde me reencontraré con los viejos amigos. Cuando empecé a ir, el pater familias era [François] Mitterrand, ahora soy yo, si no el más viejo, el más experto. Todos me pedirán consejos para saber cuál es la solución sabia y justa".

A pesar del tono relajado, Berlusconi habló también de cosas serias. Se mostró "preocupado" y dibujó un panorama muy sombrío de la situación económica del mundo y de su propio país, "castigado por la herencia de la izquierda". "El euro está sobrevalorado, los precios de las materias primas están por las nubes, la competencia de los productos chinos e indios es feroz, tenemos una factura de energía un 35% más cara de la europea porque no tenemos [centrales] nucleares, la deuda pública más alta de Europa, la tasa más grande de evasión fiscal (100.000 millones de euros), la Administración pública más costosa de la UE y una criminalidad un 30% más alta que la media de la Unión".

Las primeras medidas económicas del nuevo Gobierno serán, en consecuencia, abolir el impuesto municipal que grava la primera vivienda (el IBI español), eliminar las tasas de las horas extraordinarias y las pagas de productividad, y adaptar las pensiones inferiores a mil euros a la inflación. "Luego reabriremos las grandes obras que la izquierda paró, y lucharemos contra la criminalidad peligrosa que amenaza a las mujeres y los ancianos", dijo.

Pero las dos emergencias prioritarias, matizó, son la crisis de las basuras de Nápoles y Campania (la emergencia ha remitido desde hace un par de semanas, pero Berlusconi insiste en que pasará tres días de cada semana en Nápoles para tratar de levantar la imagen de la región), y buscar una solución "italiana" para Alitalia, la compañía de bandera, cuya venta a Air France-KLM él mismo ha torpedeado a conciencia durante la campaña electoral.

El objetivo es que un grupo de empresarios italianos se hagan con la compañía, que se encuentra al borde de la quiebra, y poder seguir utilizando el aeropuerto de Malpensa (Milán), ya abandonado por Alitalia por falta de viajeros: "Sería el colmo que después de haber logrado celebrar la Expo 2015 en Milán cerráramos Malpensa".

Uno de los grandes objetivos políticos será "modernizar" la justicia para que sea "más rápida y justa". A ese fin, Berlusconi, el hombre que ha sido "procesado 93 veces sin ser nunca condenado", establecerá la separación física de las carreras: jueces y fiscales no trabajarán en el mismo edificio y no se verán hasta el juicio, "para evitar que los jueces sean presionados por los fiscales".

Sobre el panorama político que sale de las urnas, Berlusconi también tiene una visión propia. Se congratuló de que Italia haya alcanzado un bipartidismo del 85%, sin fragmentación del voto, y dijo que es "una conquista y un mérito" de los votantes italianos -y no de su ley electoral-, haber dejado a la izquierda radical sin representación parlamentaria, aunque, por otro lado, añadió, "tampoco es verdad que la izquierda haya salido del Parlamento, porque la izquierda es el Partido Democrático".

El aludido líder de la formación derrotada, Walter Veltroni, anunció antes de la comparecencia de Berlusconi que formará un gabinete en la sombra, para hacer una oposición rigurosa, y pronosticó que la coalición de Berlusconi con la Liga Norte "no durará toda la legislatura". El futuro primer ministro alabó la idea del gabinete en la sombra pero señaló que la Liga de Bossi será un aliado leal y no querrá mandar ni imponer sus ideas.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios