Paola F. López | Miércoles 22 de octubre de 2014
La basura en las orillas de muchos embalses madrileños se está convirtiendo en el segundo gran problema de estos grandes receptores de agua, en su mayoría para consumo humano. Ello sin olvidar que los pantanos de la comarca noroeste, en su mayoría se encuentran bastante afectados por la intermitente sequía que padece Madrid desde hace cuatro años, y que se palió levemente el pasado año hidrológico con las lluvias de otoño de 2006. Cabe señalar la excepción de Valmayor, que se ha beneficiado en los últimos meses de la aprobación por parte del Ministerio de Medio Ambiente de un trasvase anual desde el embalse de Picadas para garantizar el consumo en la región.
La preocupante situación de algunos de estos pantanos está obligando a colectivos de vecinos y ecologistas a organizar campañas de limpieza, ante la falta de actuación de las administraciones.
Entre los embalses más afectados por esta situación se encuentran determinadas zonas de La Jarosa, Santillana y, fundamentalmente, el citado de Valmayor y el de Cerro Alarcón, en la urbanización del mismo nombre entre Valdemorillo y Navalagamella.
Los dos casos de mayor gravedad en esta comarca por cúmulo de basura se refieren a Valmayor, entre los términos de Galapagar, Colmenarejo, El Escorial y Valdemorillo, así como Cerro Alarcón. En sus orillas se están acumulando grandes cantidades de desperdicios de todo tipo, principalmente los días festivos y fines de semana. Durante estas jornadas, estas zonas reciben las visitas de familias y grupos de pescadores que abandonan todo tipo de basura, principalmente latas, botellas y plásticos. Al margen de estos casos, que han aumentado considerablemente en los últimos años, también es posible encontrar en el agua alguna vieja bicicleta y hasta electrodomésticos.
Baterías en Cerro Alarcón
El caso más preocupante se dio a conocer la semana pasada en el embalse de Cerro Alarcón, en la orilla de Valdemorillo. En esta ribera, que presenta grandes acopios de basura a lo largo de todo su perímetro, aparecieron el pasado lunes dos baterías de automóvil a escasos metros del agua, como muestra la fotografía. Estos mismos vecinos reconocieron a El Faro del Guadarrama que no han denunciado el caso ante la Guardia Civil ni ante el Ayuntamiento porque no confían en que vayan a actuar. Incluso, aseguran, “no nos molestamos en llevar las baterías a un punto limpio, porque en Valdemoriilo no hay, ni el Ayuntamiento tiene interés en reciclar. Ya hace años que se denunció que los camiones de recogida de basura mezclan los contenidos de los cubos amarillos con el resto de basura”, señalaron.
Aguas fecales
Por otra parte, el embalse de Peñascales, en Torrelodones, ha mejorado recientemente el aspecto de sus orillas, pero no deja de aumentar la contaminación de sus aguas. Este pantano de tamaño medio, nutrido por el arroyo Trofas, que proviene de la Sierra de Hoyo, es uno de los más castigados por continuos vertidos fecales, junto con el de Molino de la Hoz, en Las Rozas. Los vertidos de Peñascales y el citado arroyo, pese a los expedientes abiertos el pasado año por la Confederación Hidrográfica del Tajo y el Canal de Isabel II, siguen llegando a la reserva natural de El Pardo y al río Manzanares. Esto supone un continuo riesgo de afección para la fauna del entorno.