El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Cuba ha levantado la prohibición que impedía a los cubanos hospedarse en hoteles reservados para extranjeros, según han comunicado empleados del sector. La medida ha sido tomada por el Gobierno del nuevo presidente Raúl Castro dentro de los pasos dados hacia la apertura de la isla.
“Es cierto, desde la medianoche de hoy se ha aprobado y se pueden hospedar dejando el documento de identificación y el dinero de la habitación”, ha dicho a ELPAIS.com una recepcionista, que ha querido mantener el anonimato, del Hotel Meliá de La Habana.
Empleados de varios hoteles han confirmado esta noticia, aunque otros consultados por este medio han asegurado que no existía ninguna prohibición. El Gobierno impuso esta restricción durante los noventa en el conocido como apartheid económico de la isla, que supuso el nacimiento de una frustración para muchos cubanos. Con el levantamiento de esta restricción, se restituye un derecho ya garantizado en la Constitución cubana y consolida la nueva etapa de Raúl Castro, marcada por decisiones novedosas.
La línea aperturista del Gobierno de Raúl Castro trata de eliminar algunas prohibiciones que dificultan la vida de los cubanos. La semana pasada se conoció que Cuba permitirá en breve el uso sin restricciones de la telefonía móvil. Hasta ahora, la contratación de líneas de teléfonos móviles estaba restringida a extranjeros, empresas y funcionarios autorizados por el Gobierno, aunque miles de cubanos poseían acceso a este servicio por la vía indirecta de un contrato a nombre de un empresario amigo o un residente extranjero.
Desde que fue elegido presidente, el 24 de febrero, Raúl Castro, de 76 años, comenzó a levantar algunas de las muchas prohibiciones que rigen en el país, como la liberalización de la venta de ordenadores, reproductores de DVD y vídeo y diversos electrodomésticos, que empezarán a comercializarse a partir de mañana. También puso en marcha una reestructuración en el sector agropecuario, con cambios hasta ahora tímidos, que pretenden aumentar la producción de alimentos y contempla nuevas formas de pago a los campesinos y de estimulación salarial, vinculadas a la productividad, así como una flexibilización del excesivo centralismo.