El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
La Comunidad de Madrid ha dado luz verde al trámite de información pública de la futura M-61, que permitirá el cierre Norte de la M-50 entre la A-1, la M-607 -que enlaza Madrid con Colmenar- y la A-6, con el fin de absorber el incremento de tráfico transversal en esta zona de la región. El vicepresidente primero y portavoz del Gobierno autonómico, Ignacio González, informó ayer en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno que la Comunidad de Madrid da así un paso más en esta actuación tras tener finalizado el anteproyecto de esta infraestructura.
El trazado planteado contempla la construcción de tres túneles a lo largo de los 32,8 kilómetros de esta nueva carretera de circunvalación, que tendrá un coste de 2.300 millones de euros. El principal de ellos discurrirá bajo el Monte de El Pardo, con una longitud aproximada de 10 kilómetros. Los otros dos túneles se situarán en la zona de San Sebastián de los Reyes conocida como Dehesa Vieja (2,4 kilómetros) y bajo la A-6 (1,7).
González explicó que la nueva M-61 será uno de los proyectos de obra civil más importantes no sólo en la Comunidad de Madrid, sino en toda España. Incluye siete enlaces con diferentes carreteras de la zona, además de las conexiones con la A-6 y la actual M-50, y hasta 49 puentes y viaductos.
Junto a estos enlaces con las tres vías anteriormente citadas, la M-61 prevé también la conexión con la M-616 -que une Alcobendas y Colmenar-y con la futura variante de Las Rozas, si la construye el Ministerio de Fomento de forma adecuada para llevar a cabo tal comunicación, así como otros dos enlaces en los términos municipales de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes.
Protección del entorno
El objetivo de esta infraestructura, señalaron desde la Comunidad de Madrid, es conjugar el máximo respeto al medio ambiente con la construcción de una carretera básica para la movilidad en la zona Norte. En este sentido, la Consejería de Transportes e Infraestructuras ha previsto una serie de medidas compensatorias para proteger el entorno. Así, el primero de los túneles comienza y finaliza fuera de los límites del Monte de El Pardo para evitar la afección a la zona. También se han querido evitar pozos y chimeneas de ventilación en este paraje; por ello, junto a cada uno de los túneles se construirá uno auxiliar únicamente para la ventilación, precisamente para no tener que abrir chimeneas intermedias. Por último, se utilizarán neumáticos reciclados para el asfalto y se pondrán en marcha medidas específicas de conservación del águila imperial.