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El CUC Villalba también pierde con el Pinto (1-2) y cierra una Semana Santa nefasta

La derrota de ayer, sumada a la cosechada el Jueves Santo ante el Atlético de Madrid C, hace que los amarillos sigan en descenso pese a los malos resultados de los rivales directos

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El CUC Villalba de los despistes. Es la sentencia de una Semana Santa negra para los amarillos, que afrontaban dos partidos en casa propicios para meter tierra de por medio con el descenso y acabaron cediendo dos derrotas que pueden ser fatales. Las dos por idéntico resultado, 1-2, y con un grave despiste mediante. El Jueves Santo, ante el Atlético de Madrid C, el error fatal se dio en el minuto 90 y tras un esfuerzo descomunal para empatar el tanto inicial atlético, obra de Portilla mediada la segunda parte. Juanín colocó un golpe franco magistral en la escuadra de la portería rival y todo el equipo se fue a celebrar con el asturiano el sufrido empate. Era cuestión de contemporizar, de frenar el juego con faltas, de achicar balones o de procurar que el Atlético C no se acercara a los dominios de Iván Villar. Cuestión de manual. Pero este Villalba, en una especie de remake del gol del Getafe al Madrid, parece demasiado sujeto a la improvisación, y ésta a veces lleva a la molicie. Tras el saque de centro, el filial rojiblanco castigó la desidia. Mínguez vio una autopista sin peaje en la banda izquierda, habilitó a Quique al espacio y éste, tras una carrera de 40 metros en la que no encontró oposición, sacó el centro al área. Iván Villar falló, sí, pero parte de su defensa todavía celebraba el gol de Juanín. Bajaron muy pocos a defender. El rechace del portero quedó muerto en el punto de penalti, con la bola botando y a disposición de Indiano, que tuvo tiempo de acomodarse el disparo y fusilar por alto. 1-2, y jarro de agua fría. La secuencia tampoco fue nueva, porque, en Valdebebas, el Real Madrid C ya respondió en cuestión de segundos a un gol villalbino.

Tres días después, pocos imaginaban que la historia de los regalos se fuera a repetir. Pero sí. El Atlético de Pinto, uno de esos equipos a los que no se puede dar ventaja, recogió el obsequio a los 16 segundos de partido. Saque de centro, irrupción de Cepas por el medio ante la condescendiente mirada de los amarillos, y resolución sin piedad del delantero ante la desesperada salida de Toni: 0-1 y a remar contracorriente. Y 20 minutos después, nueva laguna de concentración en el marcaje del mismo Cepas. Arroyo pone un centro desde la izquierda con toda la comodidad, y el goleador pinteño controla sin oposición en el área para acabar fusilando el 0-2. El CUC Villalba se obligó otra vez a una hazaña en forma de remontada para la que no está preparado según qué rivales tenga en frente. Si es ofensivo y técnico, pero bisoño y asustadizo, como el Getafe B en su día, se puede dar. Si es experimentado y con oficio, como el Pinto, de ninguna manera. Iván Pérez, con su gol a los tres minutos de la reanudación, hizo soñar. Después hubo alguna que otra ocasión, pero el Pinto aguantó con solidez e incluso perdonó más goles. Las derrotas impidieron al CUC Villalba aprovechar los malos resultados que también obtuvieron sus rivales directos. Sólo el Puerta Bonita, a siete puntos de la zona roja, parece haber escapado. Los demás, siguen un intervalo de dos puntos que deja muy abierta la lucha.

Clasificación aparte, lo urgente ahora es aprender de los errores y corregirlos para lo que se avecina, todo un carrusel de partidos ante los rivales directos: este domingo, visita al Torrejón (11:00 horas), al siguiente viene el Humanes y después toca visitar al San Fernando, el equipo que marca la permanencia un punto por encima de los de Luis Bertó. Y si estos partidos se afrontan con las altas de Espino, baja en Semana Santa por una indigestión, y Raúl, el mejor acompañante hasta ahora de Juanín en el eje de creación, mucho mejor.