Opinión

Balances políticos

El paréntesis

Francisco Vergara

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Los analistas políticos no pierden la ocasión para hacer llegar a la opinión pública sus balances sobre la gestión de nuestros políticos. También las empresas especializadas en encuestas y sondeos aprovechan la más mínima oportunidad para sacar a la calle a su personal para plasmar posteriormente en sus siempre frías estadísticas el parecer del ciudadano en cuanto a los aciertos y desaciertos de nuestros representantes políticos en su quehacer público.

A todo esto debemos añadir los pronunciamientos que realizan a través de sus gabinetes de prensa los partidos políticos más votados de nuestro país donde nos muestran distintas valoraciones sobre su gestión, aunque en estos casos las conclusiones que podemos sacar son bastante pobres porque lo que para unos es una labor triunfalista para otros resulta pésima. Es decir, que el término medio brilla por su ausencia.

Estoy convencido de que las respuestas más sinceras, dentro de la poca sinceridad que suele haber en este tipo de contactos entre encuestador y encuestado, las realizan los ciudadanos de a pie, esos a los que se les aborda en plena acera, a la salida de la boca de Metro o en la parada del autobús, porque ellos se expresan en la medida exacta en que les afectan las decisiones de nuestros gobernantes o las de los miembros de los grupos de la oposición. Son ellos los que mejor saben si un servicio público ha mejorado o se ha deteriorado dada su relación directa y diaria con el mismo, porque a fin de cuentas son quienes sufren a diario las deficiencias existentes en áreas tan corrientes dentro de nuestra vida cotidiana como aquellas relacionadas con el transporte, sanidad, vivienda y seguridad ciudadana, sobre todo en una región donde cohabita un gobierno socialista, el del Estado, con los dos gobiernos del PP, que a fin de cuentas son los responsables de gerenciar, nada más y nada menos, que el Ayuntamiento y la Comunidad, que pese a tener competencias muy diferenciadas entre ellos esto no impide el choque casi continuo entre estas administraciones. Por ejemplo ahí tenemos el siempre escabroso tema de la vivienda, donde compiten de cara al electorado la ministra María Antonio Trujillo, la presidenta regional, Esperanza Aguirre, y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, ante la mirada asombrada de miles de desesperados demandantes de viviendas protegidas que ven como pasa el tiempo y las promesas de las distintas administraciones siguen sin hacerse realidad. Otro tanto sucede con la sanidad (la lista de espera en los hospitales madrileños es la asignatura pendiente del Ejecutivo regional) o con los impuestos y gravámenes, donde también interactúan los tres niveles del Estado y pese a sus promesas de bajarlos -ahí el discurso siempre suele ser coincidente- la realidad no siempre les da la razón.

Por eso, y con todos mis respetos a analistas y encuestadores debo decir que el ciudadano de a pie, el anónimo que sufre y padece los problemas de su entorno, es el mejor barómetro a la hora de sacar las conclusiones más veraces sobre la gestión de nuestros políticos.