El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
La cifra "puede tener un impacto psicológico, pero se trata de una de esas tragedias que pueden producirse en nuestro mundo", dijo el vicepresidente Dick Cheney
Unos 4.000 soldados estadounidenses han muerto en Irak desde el comienzo de la guerra, hace ahora cinco años, mientras que los heridos rondan los 30.000, según diversos sondeos revelados hoy.
De acuerdo con el Pentágono, que cuenta oficialmente las bajas una vez que se ha informado a las familias de los muertos o heridos, en Irak han muerto 3.991 soldados, y 29.451 han sufrido heridas.
AFP, basándose en datos de la página del grupo humanitario I-Casualties, asegura que ya se han alcanzado los 4.000, tras la muerte hoy de cuatro soldados en un atentado con bomba al paso de un convoy militar estadounidense en el sur de Bagdad. La cadena CNN de televisión aseguran que son 3.990 los militares muertos desde la invasión, mientras que la ONG Anti-War, opuesta a la guerra, contabiliza 3.996 muertos.
Según los datos actualizados hoy en el portal web Globalsecurity.com, que lleva la cuenta de bajas de acuerdo con los informes diarios de incidentes, la guerra se ha cobrado la vida de 3.988 soldados muertos y hay 29.395 heridos.
Estados Unidos invadió Irak el 20 de marzo de 2003, y actualmente hay en ese país unos 160.000 soldados, en su gran mayoría del Ejército y de la Infantería de Marina.
17 muertos en la Zona Verde de Bagdad
La llamada Zona Verde, un área fortificada del centro de Bagdad donde se alojan la Administración iraquí y los diplomáticos extranjeros, fue ayer el objetivo de repetidos ataques con cohetes. No hubo víctimas mortales dentro del recinto -sólo cuatro heridos-, pero 17 personas fallecieron, según la policía iraquí, a causa de varios cohetes perdidos que cayeron fuera de la zona. Los ataques -no está claro su origen- se produjeron en un día de incremento de la violencia en Irak en el que se registraron más de 50 muertos.
Además, soldados estadounidenses mataron ayer a 12 insurgentes durante un registro en la especialmente insegura provincia de Diyala, según informaba la cadena de televisión CNN. La mitad de los muertos tenía el cuerpo afeitado, un signo claro, según los militares, de que estaban a punto de cometer atentados suicidas.
En la ciudad de Mosul, en el norte del país árabe, donde un camión bomba mató a 15 soldados iraquíes. Los comandantes del Ejército estadounidense consideran Mosul como el último bastión urbano de Al Qaeda en Irak.