Opinión

Día Internacional de la Mujer

El mirador

Víctor Corcoba

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Desde que el poeta y periodista nicaragüense Rubén Darío selló aquello de que “sin la mujer, la vida es pura prosa”, nada es igual y todo es análogo. Lo cierto es que si ahorcásemos la complementariedad innata de acoger y donarse entre mujer y hombre, u hombre y mujer, se perdería la amorosa creatividad poética de la propia vida y hasta la mismísima creación se derrumbaría por la soledad de no sentirse ni acogido ni donado. Necesitamos de ese amor que ellas crean, y en el que ellos se recrean, o viceversa.

Por ello, veo con buenos ojos el que por cuarto año consecutivo se celebre, con motivo del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, el festival Ellas crean, en el que participan diversas instituciones. Destacar la aportación femenina a las diferentes expresiones artísticas es tan justo como necesario, en un mundo cruel que aún no cultiva lo de donarse y acoger, lo de acoger y donarse. Con razón suele decirse que el ser humano no puede soportar vivir solo, suele sentirse mejor siempre en la unidad de dos, eso es algo que salta a la vista y que se percibe por la necesidad de vivir en pareja. Es algo que lo pide el alma y el cuerpo. La dualidad está presente como manantial de fertilidad, como fuente de belleza, donde el trabajo creador del hombre y la maternidad creativa de la mujer confluyen en un poema perfecto jamás escrito, pero que ahí está, perenne en el tiempo. En ese pareo de géneros nadie ha de ser más que nadie. Todavía, por desgracia, en este inseguro siglo plagado de esclavitudes, de poderes destructores que divorcian la dualidad, a las mujeres se les sublima o se les subordina por intereses del mercado machista. Los efectos ahí están: mujeres objeto, desvaloradas, encogidas y dominadas, unas veces por una sociedad insensible y otras rebajadas por sí mismas.