Lechuga logró los mejores pasajes con su primero (Foto: Gonzalo Matamala)
ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
El pobrísimo juego del ganado condicionó la novillada con picadores celebrada en la plaza cubierta de Moralzarzal el pasado 1 de marzo. El posible reñido mano a mano entre estos novilleros madrileños, Pablo Lechuga y Sergio Pulido -que hacía su debut con picadores-, quedó en nada por culpa de este inconveniente. Ni los cuatro novillos de la vacada portuguesa de Ignacio Ramos, ni los dos con el hierro de “El Montecillo”, aún peores todavía que los primeros, dieron facilidades por su flojedad de remos, su descastamiento y sus grandes dosis de mansedumbre. Además, los de Ramos estuvieron flacones y escasos de trapío.
Ni una vuelta al ruedo dieron ambos coletas en toda la tarde, dentro de un festejo plúmbeo y anodino donde además los novilleros se demoraron estrepitosamente, usando los aceros en repetidas ocasiones.
Lo mejor del festejo lo protagonizó Lechuga en el primer novillo de la tarde, pero por culpa de la espada se quedó sin un posible premio. Con la muleta hilvanó los mejores pasajes, en un trasteo fácil y suelto, lleno de templanza pero sin apreturas en los embroques. El débil y noble novillo de Ramos no le puso en aprietos, por lo que al novillero se le vio muy a gusto en diversas fases de la faena, con muletazos de buena factura. Como se demoró con el acero, no tocó pelo.
A su segundo oponente Lechuga le recibió con unos mecidos y templados lances a la verónica, abrochados con una excelente media. El novillo se vino muy pronto abajo, acortó los viajes y se defendió no pudiendo dejar al coleta realizar una faena brillante y que alcanzara cotas elevadas. El novillo que cerró este festejo de apertura de la temporada en Moralzarzal fue un marrajo del Montecillo que no se dejó ni picar y que llegó al último tercio planteando muchos problemas. Lechuga, que debutó hace breves fechas con picadores, mostró sus todavía lógicas carencias y pasó sus fatigas, demorándose con espada y descabello.
Por su parte, Sergio Pulido se enfrentó al novillo más potable, el cuarto de Ignacio Ramos. La primera parte de la faena fue más lucida, pero luego se fue perdiendo en un trasteo de largo metraje, no terminado de exprimir debidamente al utrero y escapándose la oportunidad de haber podido cosechar un triunfo mayor ante este ejemplar.
El que hizo quinto fue el otro moruchete de Paco Medina (El Montecillo), que se defendió con muy mal estilo y ante el que Pulido hizo lo que pudo. Mientras que con el tercero, un animal de escasa raza, el debutante dejó atisbos de sus ganas pero no mucho más allá ya que el novillo flojeó y se paró.
Inauguración de la Escuela Taurina
Todo esta previsto para que mañana, sábado, se celebre en la cubierta de Moralzarzal la novillada sin picadores en clase práctica (similar a las de Vistalegre) que servirá para inaugurar la nueva Escuela Taurina de la localidad, aunque las clases no comenzarán hasta el lunes 17. El festejo está organizado por el Ayuntamiento. Con seis becerros cedidos por las ganaderías de El Ventorrillo, Alcurrucén, Carmen Segovia, Enrique Ponce, Ángel Luis Peña y Elisa Lucero González, actuarán seis alumnos: Mathieu Gillom de Saint Sever; Tulio Salguero de Badajoz; Gómez del Pilar de Madrid; Miguel de Pablo de Madrid; Sergio Flores de Moralzarzal y Julián Guerra de Guadalajara. Las entradas son con invitación y se pueden recoger hoy viernes en el Centro Cultural o mañana en la propia plaza. El festejo comenzará a las 17.30 horas.