Los aullidos de Lobo Cojo

“He recibido dos cartas relacionadas con ubicación del futuro hospital en la Chopera, que les transcribo de inmediato. Una la firma Marta y dice textualmente: ‘Ay, querido Lobo Cojo...Hace ya algunos años que te conozco. Me gusta pasear por el corredor verde que hemos podido preservar de la mano del hombre. Me refiero al que comprende la Dehesa, la Chopera, el Cerro del Telégrafo y la zona que lleva tu nombre. Me resultó duro escucharte aullar hace un par de semanas. Te quejabas porque JP, nuestro alcalde, quiere construir un hospital en la Chopera. De esa forma se parte por la mitad ese irremplazable entorno y me impedirá ir a verte, Sí, tú también tienes admiradoras aunque en ocasiones seas un poco gruñón. Mi sueño en el que un día abandonabas tu isla rodeada de un mar de asfalto y nos encontrábamos entre la riqueza natural de nuestro municipio, se esfuma. Ahora yo también aúllo. Adiós Chopera, adiós Lobo Cojo...’ El segundo escrito, pese a tener connotaciones de tragedia, tampoco tiene desperdicio. Pepe Luis me pregunta: ‘¿Sabes por qué JP ha propuesto construir el hospital en la ya denominada milla de oro?. Pues para hacernos más cómodo nuestro último viaje. Es decir, te ingresan en el hospital y si palmas te llevan en un periquete al tanatorio (está al lado), donde incluso pueden incinerarte. En caso contrario, el traslado al cementerio (a menos de 100 metros), está chupao. Y para completar la oferta ya hay quien baraja la posibilidad de construir ahí una residencia de ancianos’. Y es que la pela, pese al euro, sigue siendo la pela”.