El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Los Lakers de Los Ángeles, de nuevo con el tándem Kobe Bryant-Pau Gasol funcionando a las mil maravillas, encadenaron su décima victoria consecutiva al doblegar por 106-88 a los Heat de Miami, el peor equipo de la liga.
El español sumó un nuevo doble-doble, con 13 puntos y 11 rebotes, a los que añadió cuatro asistencias y tres robos de balón, mientras que Bryant se fue hasta los 21 puntos y el reserva Jordan Farmar, con 24, fue el máximo anotador del encuentro.
Por los Heat, Dwyane Wade anotó 18 puntos en una serie de 6 de 17 en el tiro. "Vienen de ganar a Sacramento y no vamos a subestimarles, son un buen equipo y les respetamos a pesar de su mala temporada", advirtió Gasol antes del duelo. La situación que vive actualmente el equipo de Pat Riley la ha sufrido Gasol en varios momentos de su anterior andadura en la NBA, en las filas de Memphis. "Me siento muy afortunado por tener esta oportunidad; cada día soy feliz por poder estar aquí", dijo el ala-pívot español, que sólo ha perdido un partido de los doce que ha disputado hasta ahora con los Lakers (41-17, líderes de la División Pacífico).
El equipo de Miami, dirigido por un inoperante Riley, ex entrenador de la franquicia angelina, fue poco menos que un juguete en manos de los Lakers desde el inicio, ya que encajó un parcial de 6-22 en los primeros 8 minutos. Las claves para que los Lakers rompieran tan pronto el encuentro residieron en la exigente defensa que exhibieron y en un su trabajo bajo tableros, al superar a su rival por 14-8 en rebotes al término del primer periodo. La brecha siguió en aumento durante el segundo cuarto y el conjunto de Phil Jackson llegó a gozar de una ventaja de 18 puntos (25-43).
Wade, discreto
Wade, que firmó una discreta actuación personal, no anotó en la primera mitad, algo que acusó notablemente su equipo. El líder de los Heat despertó en la segunda mitad. Sus primeros puntos llegaron nada más comenzar el tercer cuarto y su empuje acercó a su equipo a siete puntos (59-52). Pero era un espejismo. Lo verdaderamente tangible era el recital local, que llegó a su clímax con un pase de espaldas y sin mirar de Kobe Bryant desde su campo, recibido por Walton, para que éste asistiera también por la espalda a Odom, que concluyó el contraataque con un mate.
Gasol apuntaló la ventaja de su equipo con un tiro exterior (71-56) y Miami empezó a decirle adiós a un envite que tuvo cuesta arriba en todo momento y que nunca dio sensación de remontar.El español, con el trabajo ya resuelto, pasó en el banquillo casi todo el último cuarto, en el que Bryant y Wade engordaron sus estadísticas y que sólo sirvió para prolongar la agonía de los Heat, que se hunden cada vez más en los abismos de la NBA.