Paola F. López | Miércoles 22 de octubre de 2014
Las minas de cobre de Colmenarejo y su entorno, donde quedan restos de las instalaciones más modernas, de principios del siglo XX, se han convertido definitivamente en corrales para cientos de ovejas y cabras. Desde hace tres años, un amplio rebaño ovino permanece en este paraje del sur de Colmenarejo durante la invernada.
El problema, que ya lo han denunciado algunos vecinos al Ayuntamiento, se refiere al deterioro y contaminación que estos animales y sus cuidadores están provocando durante su estancia e incluso en su ausencia, ya que con la marcha del ganado no sólo permanecen los vallados de los corrales y los numerosos restos de comida y excrementos, sino que los pasados veranos quedaron plásticos y bidones esparcidos por el lugar.
Ya en la pasada legislatura, cuando comenzó el problema, los tres concejales ex socialistas preguntaron en una sesión plenaria sobre este asunto. El Equipo de Gobierno, presidido por por Mª Isabel Peces-Barba (APIC), aseguró que la responsabilidad correspondía a la Comunidad de Madrid. El caso es que estos terrenos municipales siguen ocupados año tras año por estos animales. Ocupación que está afectando gravemente a un entorno natural con grandes valores históricos. De hecho ha sido el Parque Regional del Curso Medio del Guadarrama el que ha instalado allí un panel -derribado hace unas semanas- que informa sobre la historia e importancia de estas minas.
Antes de la época romana
Se estima que los primeros mineros de esta zona rica en cobre y otros minerales como plata y hasta oro pudieran ser anteriores a la época romana. De esta época se han encontrado galerías muy profundas, que están pendientes de datar con mayor exactitud. Dado el salto histórico en sus estratos de explotación y la falta de documentación, se cree que no se produjo actividad extractiva durante la mayor parte la Edad Media. Será a partir del siglo XVII cuando se reinicie su explotación, tal y como aparece en una información datada en el siglo XIX. “El 13 de agosto de 1649 se concede una cédula de S. M. para que don Antonio Zambrano de Villalobos pudiese administrar y beneficiar unas minas de cobre en los términos de los lugares de Colmenarejo, Galapagar y el Pardillo, y eran las siguientes: dos vetas donde llaman Cerropardo y Casablanca, por cima de la Osera, y asimismo en el dicho Cerropardo hay otra mina labrada y tapada del tiempo antiguo, que por los desmontes que estaban rodados a la boca se conocía ser de cobre, la cual caía a otras vertientes del dicho cerro que miran ácia [escrito así en el original] el Pardillo”. Al margen de estos periodos de explotación, que se sucedieron en distintas épocas, el e mayor auge tuvo lugar entre los últimos años del siglos XIX y los primeros del XX, hasta que se clausuró de manera definitiva en 1913. La revista Minera Metalúrgica y de Ingeniería publicó en 1902: “En la mina Pilar de Colmenarejo, que fue de la baronesa de Sangarrén y del señor Llorens, y hoy pertenece a The Escorial Copper Mining Co. de Londres, se está explotando una bolsada de pirita de cobre. Se han obtenido algunos vagones de mineral de buena ley, pero ignoramos qué importancia tenga dicha bolsada, así como las condiciones del resto del criadero”.