El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El matador de toros José Tomás cumplió el pasado domingo su único compromiso en tierras colombianas en su periplo americano, concretamente en la plaza Santa María de Bogotá.
El de Galapagar sólo pudo cortar una oreja ante el poco juego de los toros de “El Paraíso”, propiedad del matador de toros madrileño Jerónimo Pimentel. El encierro estuvo bien presentado, pero ofreció un nulo juego por su falta de raza. José Tomás, que regresaba a esta importante plaza después de 10 años de ausencia, enjaretó una labor muy valerosa ante un toro muy aplomado pero al que robó muletazos de gran mérito. Las manoletinas del final de faena fueron espléndidas. Cortó una oreja de peso. Su segundo fue un sobrero de Achuy Viejo que no tuvo un pase y no ayudó nada.
En esta reaparición de José Tomás en Colombia también cortó una oreja el diestro local Ramses, mientras que Finito de Córdoba tuvo una actuación de escaso brillo, demorándose con la espada ante su segundo, por lo que recibió una sonora bronca.