Cultura

Los 'picassos' de Picasso estrenan el Reina Sofía de Borja-Villel

DEL 6 DE FEBRERO AL 5 DE MAYO

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Las obras de arte que el pintor malagueño siempre quiso para él, de las que nunca se desprendió en vida, estarán expuestas en el Reina Sofía del 6 de febrero al 5 de mayo. La mayor colección sobre Pablo Picasso jamás vista en España es "una oportunidad única para conocer una creación tan personal que al mismo tiempo sirve de biografía", según ha declarado Manuel Borja-Villel, director artístico del museo.

Borja-Villel dirige el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía desde la 30 de enero de 2007 y, por tanto, no ha tenido tiempo de participar en la ambiciosa retrospectiva de más de 400 obras entre pinturas, esculturas, cerámicas, dibujos y fotografías procedentes del Museo Nacional Picasso de París. La colección será inaugurada el martes por los Príncipes de Asturias y viajará posteriormente a Emiratos Arabes, Tokio, Canadá, Estados Unidos, Finlandia, Rusia y Australia.

"Picasso es el 'no objeto del deseo'. Nos atrae, pero no sabemos por qué", explica Borja-Villel. Y añade didáctico: "Su obra no ilustra ningún movimiento. Su pintura no es ilustración, sino acción. No es respuesta, sino cuestión". El pintor malagueño se planteaba la realidad y se replanteaba el arte sin limitarse a reflejar el momento. "Ha sido un gran regalo de bienvenida", bromeó Villel. "Sin duda es el mejor modo de entrar a un museo".

La exposición
El Museo Reina Sofía, para dar cabida a tal cantidad de obras, ha habilitado tres salas dedicadas a exposiciones temporales además del ala completa donde se encuentra el 'Guernica', que, según el director artístico, es el "elemento clave" de que la exposición se haya llevado a cabo.

La comisaria de la muestra y directora del Museo Nacional Picasso, Anne Baldassari, ha remarcado la "dificultad" para adaptar la exposición a la "complejidad de la arquitectura del Reina Sofía", que calificó de "original" para ser suave. Esta originalidad obliga a confeccionar una exposición entre salas inconexas, pero de enorme coherencia en la distribución interior de las obras. Así, a pesar de que la distribución sigue un orden cronológico, no se ha conseguido evitar el caos que supone tener la sala 4 en la planta 0, las salas 1 y 2 en la primera planta, y la sala 3 en el segundo piso.

La primera de las salas abarca el periodo desde las primeras pinturas de Picasso hasta 1923, con obras representativas de su época azul como 'Autorretrato'. También incluye los primeros signos de la revolución cubista con piezas determinantes como los estudios para 'Las señoritas de Aviñón', y el paso al cubismo analítico representado por el gran díptico 'Hombre con mandolina'. Por último, 'La flauta de Pan' es el gran cuadro que culmina la serie del 'clasicismo' picassiano.

La sala 2 (ampliación de la sala 1) muestra la siguiente década, hasta 1934, de coqueteos del artista con el estilo surrealista. Desde 'El beso', 'Crucifixión' o 'El acróbata', hasta las esculturas de su serie 'Cabezas' y otras esculturas lineales hechas con hilo y placas de metal.

La sala del 'Guernica' expone las obras comprometidas con la España Republicana: los 'Retratos de Dora Maar' y 'La mujer que llora'. También grandes esculturas alegóricas como 'Cabeza de Toro' para denunciar la matanza de la Segunda Guerra Mundial.

Por último, una sala dedicada a sus pinturas de los años cincuenta en los que, según palabras de la comisaria, ofrece "una versión totalmente picassiana de la cultura pop". Comparte sala con el bestiario de esculturas como 'La cabra' y la relectura de la historia de la pintura que Picasso inicia en ese momento para llevar al límite la dinámica pictórica de los temas de Tiziano o Velázquez.

La polémica cesión
La novedad de la colección, explica Anne Baldassari, está en que es "inédita y hasta ahora imposible de realizar fuera de París", ya que el museo que dirige cuenta con fondos de cerca de 5.000 obras del artista malagueño de los que no se volverá a desprender hasta dentro de décadas.

Ante las críticas del pago de 3,5 millones de euros por parte del Gobierno español para la cesión de la colección, Anne Baldassari, molesta, ha explicado que este precio es "un regalo para un museo como el Reina Sofía, que cuenta con un fondo de 2.000 millones de euros en capital de obras de arte". Además, la comisaria añadió que el museo que ella dirige siempre ha defendido la "españolidad" de Picasso y por eso han colaborado frecuentemente con museos españoles durante sus 22 años de existencia. Sin embargo, en el programa inicial no estaba previsto que su colección visitara España hasta que se acordó el precio de la cesión temporal para costear la remodelación del museo francés. De todas formas, la directora del Museo Nacional Picasso del París agradeció la "generosidad del Ministerio de Cultura" que permitirá modernizar del museo francés.

Villel también ha agradecido a los gobiernos de España y Francia su participación en los inicios del acuerdo. La exposición cuajó en un momento de crisis profunda del Museo Reina Sofía, sin ni siquiera director artístico. Según el nuevo director, la consecución temporal de las obras de Picasso es "una muestra de la madurez del museo". Sin embargo, el nuevo director del Museo Reina Sofía ya ha expresado su intención de ganar cotas de libertad de actuación determinado por el carácter no político de su nombramiento. Este antiguo director del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona obtuvo el cargo tras ganar en un concurso internacional dirimido por un jurado independiente que valoró el mejor proyecto en diciembre de 2007.

El Museo Nacional Picasso de París
El Museo Nacional Picasso, de donde proceden las obras expuestas en el Reina Sofía, fue creado en 1985 para presentar el conjunto de obras procedente del pago de derechos sucesorios por medio de obras de arte que hicieron al Estado francés en 1979 los herederos herederos del pintor malagueño. En un primer momento, otorgaron al Estado un derecho de "primera elección" entre las 70.000 obras conservadas en los diferentes talleres del artista, lo que permitió la constitución de un fondo de piezas particularmente coherente por su amplitud cronológica y el equilibrio entre los periodos representados. Pasaron así a formar parte del Estado francés cerca de 3.500 obras.

A ellas se añadió la "colección personal" del pintor cedida al Estado a partir de 1973, que está constituida por un conjunto de piezas de arte ibérico, africano y oceánico, y un centenar de obras de artistas antiguos y modernos, que ilustran el diálogo de Picasso con los grandes maestros, así como las relaciones de trabajo y amistad con sus contemporáneos.