Los amarillos, aun ganando en Los Prados, terminarán 2007 con 11 puntos menos que el año pasado
JAIME FRESNO | Miércoles 22 de octubre de 2014
El CUC Villalba cosechó ante el Rayo Majadahonda su tercera victoria en el primer partido sin Miguel Cerdán. Oliva y Sequeiros, éste de penalti a cinco minutos del final, certificaron la remontada del tempranero tanto inicial de los majariegos y tradujeron en puntos el regreso al buen camino. En realidad, en casa, el Villalba ya estaba bien. Había firmado una derrota injusta ante el Torrejón y el San Fernando, milagrosamente, aprovechó la falta de puntería de los serranos para rascar un punto. Tras esos partidos, el Villalba ha ganado al Villaviciosa y al Majadahonda para redondear un balance de 10 puntos sobre 18 en las seis últimas jornadas. Los números ponen de relieve que la principal carencia está fuera de casa, donde el equipo es tímido y no impone la personalidad que sí demuestra en la Ciudad Deportiva. Falta fuerza mental y ese es el trabajo que le toca a Luis Bertó, cuyo mérito en el reordenamiento del sistema es irreprochable. El Villalba ha vuelto a jugar con cuatro atrás, hace menos largo el campo y, por ende, juega más junto. El rival tiene menos resquicios y los amarillos más balón. A todo ello, el otro día se unió el regreso de Juanín, un pelotero al que Cerdán dejó sin ficha y que se tomó el partido del Majadahonda en clave reivindicativa. Entrar él y desmoronarse el Majadahonda fue todo uno, ayudado por un inconmesurable Oliva. El resto lo hacen Sequeiros y Castro, cuyo poder intimidatorio en los rivales es evidente. En cierto modo, en la calidad de este dúo descansan casi todas las esperanzas de salvación que alberga la hinchada. Todo ello va a seguir siendo dirigido por Luis Bertó hasta nueva orden. “Me llaman muchos entrenadores, pero hay que ver los resultados. Luis es de toda confianza y el equipo ha cambiado. Hay ganas, se lucha y se sale a jugar”, dice Florentino Martínez. El vicepresidente confía en revertir una situación que tiene al Villalba con 11 puntos menos que el año pasado, cuando se estuvo a cuatro del play-off. A fecha de hoy ya se tiene claro que el objetivo son las 12 victorias que garantizan la permanencia.
A Parla sin complejos
La última jornada del año depara la visita a un Parla en dificultades. El otrora líder, viene de perder dos partidos y afronta la cita obligado a ganar para no descolgarse del cuarteto de ascenso. Ríos, que estaba a falta del visto bueno médico para reaparecer, podría ser la gran novedad en un Villalba que busca ahondar el bache parleño. Peque y Kanguro serán las grandes amenazas. El duelo con Sequeiros y Castro está servido.