ROSANA A. - Madrid
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
La Ley contra la violencia de género me parece que tiene que estar haciendo aguas en algún sitio y todavía no hemos descubierto dónde. Yo para empezar procuraría cambiar la forma de definir a los protagonistas de esta violencia. Siempre se habla en los medios de información de las ‘víctimas’. La noticia suele comenzar siempre diciendo: “otra víctima de la violencia de género”. Podríamos darle vuelta al sentido de la frase y comenzar diciendo: “otro asesino ha conseguido su propósito, matar a una persona por no asumir su frustración”. La mujer se presenta como víctima de muchos y muchas personas hasta llegar a su propia muerte porque no la han ayudado en su camino. Muchas de esas veces sus propias familias no la han defendido como deberían y en algunos casos también ellas no ha tenido el valor necesario para afrontar la situación. Cada día se ven más asesinatos de ex parejas y eso sólo significa que el fracaso y la rabia no han sido afrontados por el asesino.
De algún modo hay que proteger a una mujer aunque ella pueda incluso momentáneamente perdonar a su maltratador, porque en la mayoría de estos casos no es difícil entrever que pronto la va a asesinar. Y cuando esto ocurre hay que apartarlo de ella porque los hechos nos demuestran que el alejamiento no es el método para evitar males mayores. Si de verdad queremos ayudar a estas mujeres es imprescindible tener centros abiertos para atenderlas en todas las ciudades y pueblos, facilitándoles el acceso a los mismos para que puedan estar debidamente asesoradas y dándoles protección total para que se sientan seguras y puedan afrontar el trago amargo por el que está pasando a través de alternativas y soluciones.