Collado Villalba

Los aullidos de Lobo Cojo

INTERINO

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
“La escultura que han colocado en la calle Honorio Lozano no me gusta ni un pelo. Además de excesivamente vanguardista, no tiene nada que ver con el pasado, el presente y mucho me temo que tampoco con el futuro de nuestra ciudad. Además, los casi 20 millones de las antiguas pesetas que ha costado me parecen un despilfarro, sin que con esto pretendamos poner en tela de juicio la profesionalidad de su autor, Iñaki Ruiz de Eguino, dice Lobo Cojo. No obstante, quiero dejar claras dos cosas: Primero, que en la elección de esta obra de arte o artilugio (el adjetivo queda a su elección), no ha tenido nada que ver la empresa constructora de la obra del parking subterráneo (al César lo que es del César y a Dios...) y segundo, pese a lo que se ha rumoreado al respecto, yo no pedí en ningún momento ser trasladado desde mi actual ubicación al frío mamotreto de hormigón del ‘Vigía’, porque uno puede ser viejo y cojo, pero no tonto, y no es lo mismo estar aquí, en esta privilegiada rotonda deleitándome con el paisaje de nuestra Sierra, que rodeado de ladrillos y cemento, de contaminación, de ruidos, de discusiones... ¡Qué no! Que yo de mi rotonda no me muevo salvo que me desahucien por decreto. Claro que eso podría ocurrir en cualquier momento, porque sabemos que la caña que damos semanalmente en esta columna no es precisamente del agrado de nuestros caseros. William Hazlitt decía: El hombre es un animal que se alimenta de adulaciones. Pues aquí lo tienen crudo”.