A mi aire
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Hace apenas dos meses, pocos socios y seguidores del CUC Villalba se podían imaginar que su equipo iba a estar a estas alturas del campeonato ocupando uno de los cinco puestos de descenso del Grupo VII de Tercera División. Y no se lo podían imaginar porque los responsables del club, suponemos que con buena intención, les habían vendido que después de una temporada de tanteo en la categoría, los objetivos debían ser mayores, de ahí que habían apostado por configurar una plantilla que les permitiera aspirar a mayores metas, entre ellas ocupar alguna de las plazas que permitieran jugar la promoción de ascenso a 2ª-B.
Pero como decía Vujadin Boskov, ex entrenador del Real Madrid, “fútbol es fútbol” y no una ciencia matemática. Es cierto que se contrató a un técnico jóven que venía avalado por la marca Real Madrid y que apenas duró dos meses en el cargo. También es cierto que se ficharon jugadores hasta entonces vinculados a clubes de superior categoría, caso Leganés, Alcobendas, Alicante, Villarreal C etc., pero que a la hora de la verdad, por una u otra circunstancia, su rendimientoha sido demasiado pobre. El técnico fue despedido dos meses más tarde sin que el equipo hubiese conseguido siquiera una victoria, siendo sustituido por otro con más oficio en la siempre compleja Tercera División; tres jugadores han sido dados de baja y, al parecer, ya se empieza a pensar en el mercado de invierno con el fin de reforzar una plantilla que, a nuestro entender, está sobredimensionada en número y coste económico. Y esta es la realidad, porque el resto sólo son historias de verano, esperanzas infundadas y delirios de grandeza. Así pues, y con los pies en el suelo, el objetivo a perseguir por directivos, técnicos y jugadores es alcanzar la permanencia en una categoría que es fácil perder y muy complicada recuperar.