Cartas al Director
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
He trabajado durante 39 años en el Ayuntamiento de C. Villalba y desde febrero mi situación es de jubilación anticipada. Mi afición favorita es la pintura al óleo y desde hace bastantes años pinto y hago exposiciones. Previamente a mi jubilación la edil de Cultura y el director de Servicios Culturales me pidieron hacer una exposición de mis obras con motivo de la inauguración del centro cívico Peñalba. Acepté la propuesta y el 18 de noviembre me llaman para decirme que hay que montar urgentemente la exposición para inaugurarla el día 21, pues quieren hacer la presentación del nuevo edifico a la prensa. Me vuelven a llamar posteriormente para comunicarme el primer cambio de fecha: se hará definitivamente el 29 de noviembre.
La exposición queda montada en una sala muy bonita, con mucha luz y en la entrada del edificio siempre hay una persona de seguridad. A partir del día 30 paso asiduamente por el centro cívico Peñalba y me llevo la primer gran decepción: estoy sola; no han presentado la exposición a la prensa como me prometieron; no están en funcionamiento los despachos ni las aulas; las luces no funcionan plenamente, produciéndose apagones; los horarios de apertura al público no son los más adecuados. Ni el alcalde, ni la concejala de Cultura, ni tampoco el director de Servicios Culturales se han dignado visitarla. Pero eso no es lo peor; lo peor se produce el día 12 de diciembre cuando me llaman de la Casa de Cultura para decirme que desmontan la exposición, porque ese mismo día a las 19.00 horas se presenta a la prensa la maqueta y los planos de la obra de remodelación de Honorio Lozano. Se pueden imaginar cómo me quede. ¿Por qué no se dignaron a avisarme antes? ¿Se puede montar de un día para otro un acto como el mencionado? Me intentan consolar diciendo que guardarán los cuadros en un despacho y que ya me darán otra fecha. ¿Acaso se creen que una es muñeco al que se puede manejar como ellos quieran? He sido tan ingenua que hasta me he ilusionado pensando que me tenían alguna estima, aunque después de mi larga experiencia en el Ayuntamiento ya no debería sorprenderme.
Señor alcalde, no creo que tengan ningún derecho a hacerme partícipe de sus juegos políticos, y pienso además que no se puede jugar así con las personas y en mi caso concreto con una trabajadora municipal que siempre ha sido respetuosa con su quehacer laboral y con mis superiores. A pesar de todo espero que tengan felices fiestas.
Pepita Serrano Fernández
Collado Villalba