El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Esta tarde se celebra en la Casa de Cultura de El Escorial un debate sobre la ampliación de la M-600, una actuación demandada desde hace años y que sin embargo sigue provocando fuertes discrepancias. Después de distintos proyectos (incluyendo el desdoblamiento) que fueron desestimados, la Comunidad de Madrid atendió las peticiones del Ayuntamiento de San Lorenzo y aprobó hace unos meses destinar más de 11 millones de euros a unos trabajos que no logran convencer ni a los grupos ecologistas ni a los partidos de la oposición. La propuesta regional, con el visto bueno del Ejecutivo presidido por José Luis Fernández Quejo, pasa por la creación de carriles de aceleración y desaceleración en una especie de vía de servicio para dar entrada a las urbanizaciones La Pizarra y Felipe II. Sin embargo, el Foro Ciudadano Escurialense y el PSOE coinciden en señalar que esta obra no pondrá solución a los males de la carretera. En primer lugar, señalan que no se abordan los complicados cruces del camping y el Valle de los Caídos, aunque cabe decir en este sentido que estamos sólo ante una primera fase de los trabajos; por otra parte, hablan de la elevada inversión que demanda el proyecto, proponiendo como alternativa más viable y efectiva la construcción de cuatro rotondas. En principio, cabe suponer que sí sería una opción más económica pero cuesta creer que pueda resultar eficaz para agilizar el tráfico. El cercano ejemplo de Galapagar, donde hace unos años se sembró la M-505 de hasta cuatro rotondas en apenas tres kilómetros y medio, desaconseja esta actuación, ya que en horas punta y durante los fines de semana son importantes las retenciones que se producen, lo que finalmente llevó al Ejecutivo regional a la construcción de una variante. En la M-600 el problema sería parecido, ya que la entrada a San Lorenzo ya tiene ahora dos glorietas (en el acceso al hospital y la de la Cruz Roja), y si ahora se unieran otras cuatro nos encontraríamos con seis -siete si contamos la situada en la salida de la A-6- en poco más de seis kilómetros, provocando una previsible congestión del tráfico. En todo caso, antes de que empiecen las obras, ahora es tiempo de aportar mejoras a un proyecto que, por encima de todo, es necesario.