Bautista cortó dos orejas y salió por la Puerta Grande (Foto: www.las-ventas.com)
FERIA DE OTOÑO DE MADRID: EXCELENTE ENCIERRO DEL PUERTO
ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
Los dos últimos festejos de la Feria de Otoño de Madrid, celebrados el pasado fin de semana, han tenido un nivel de lo más aceptable. Dos corridas de toros donde ha habido argumentos y éxitos, sobre todo en la que tuvo lugar el sábado. Un festejo atractivo donde se alzó como triunfador el francés Juan Bautista, que cortó dos orejas al quinto toro de la tarde y salió a hombros por la Puerta Grande más importante del toreo. Para que esto fuera posible hubo materia prima. Un encierro del Puerto de San Lorenzo sencillamente extraordinario, con mucho que torear, que se movió y dio espectáculo. Un hierro que ha protagonizado un excepcional año en Madrid, ya que el Domingo de Resurrección un ejemplar de esta ganadería hizo a Talavante descerrajar la Puerta Grande de esta plaza y otro permitió que Manzanares realizase una maciza faena. Una gran temporada de esa divisa que sirve para tapar bocas a todos los que no les interesa ver que ganaderías como El Puerto o Valdefresno (lidió un toro de vacas en San Isidro) son de las más señeras de la actualidad y de las que más éxitos están dando en las plazas de primera, que es donde valen los triunfos de verdad.
Como decíamos, Bautista conquistó Las Ventas con un toreo asentado, templado y muy encajado de riñones. El del Puerto fue una máquina de embestir al que el francés le entendió muy bien, dándole sus espacios y trayéndosele muy enganchado desde adelante. El colofón a tan importante faena fueron dos series de naturales de gran enjundia y unas bernadinas muy ajustadas que hicieron vibrar al público venteño que casi llenaba los tendidos de la plaza. Como broche a esta gran faena mató de una estocada recibiendo de efecto fulminante, que hizo rodar al toro patas arriba y las dos orejas para el torero galo, que concluye así una temporada muy importante para su carrera.
Otro de los triunfadores de la tarde fue Miguel Abellán, que consiguió cortar una oreja del torro que abrió la corrida. Fue éste un animal mansito y frío en los primeros tercios, como corresponde a su encaste, pero que llegó con poder y vigor al último. El madrileño realizó una faena muy seria y firme, con muletazos sobre ambas manos donde incluso el toro, que tuvo casta, le rompió la banda de la taleguilla en una tanda de derechazos. Se tiró a matar por derecho y agarró una efectiva estocada que le puso en la mano un premio que debe darle moral de cara al próximo año.
Completó la terna Miguel Ángel Perera, que aunque se fue de vacío demostró el gran momento por el que atraviesa. Estuvo muy cerca de pasear la oreja del tercero. Una faena muy segura y valerosa a un potable astado del Puerto que fue acortando los viajes a medida que transcurría la faena. Se pasó muy cerca al astado, en una faena sin rectificar y donde toreó con buen gusto y temple por ambos pitones. La oreja era suya, pero no hubo un correcto uso de la espada y saludó dos fortísimas ovaciones desde el tercio.
Si eso ocurrió el sábado, el domingo 7 saltaron al ruedo seis toros de Adolfo Martín de diverso tipo pero de irreprochable presentación.
El encierro en general pecó de falta de casta y de sacar mayor acometividad en sus embestidas. El público que va a ver este tipo de hierros gusta de esas características. Sin embargo, hubo toros que merecieron mucho más que lo que los toreros hicieron delante de ellos. El segundo, sin ir más lejos, tuvo mucha fiereza y acometividad y exigió mucho a Rafaelillo; quinto y sexto fueron manejables y nobles.
El Fundi, con el lote menos agradecido de la corrida, demostró gran profesionalidad y oficio. Al primero le recetó un espadazo de libro, tirando al toro sin puntilla.
Rafaelillo puso todo de su parte con el encastado segundo, recibiendo hasta tres volteretas de órdago. El torero puso el corazón por delante, aunque en ocasiones le faltara técnica y cabeza. El adolfo mantuvo el interés y por el lado derecho hubo momentos de buen pulso. Tras media estocada saludó una fuerte ovación. Con el quinto, que tuvo un buen pitón derecho, Rafaelillo no terminó de redondear.
Completó la terna López Chaves, que con el soso primero anduvo discreto y con el manejable sexto dio muchos pases sin lucimiento.