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La perforación de los tres kilómetros del tercer túnel de Guadarrama de la AP-6 concluirá en octubre

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Las máquinas ya han horadado 2.300 metros, de los 3.000 que se tienen que excavar bajo la sierra que comparten las comunidades de Castilla y León y Madrid

El tramo de la autopista AP-6 (Villalba-Adanero) entre San Rafael (Segovia) y la Comunidad de Madrid sigue siendo el principal y casi único punto conflictivo en las carreteras de la Comunidad Autónoma. Cada fin de semana y, sobre todo, cada operación especial de tráfico, las retenciones que se producen en este punto son kilométricas y a prueba de nervios. Esta situación tiene, en principio, visos de desaparecer, una que que concluya el proyecto que actualmente desarrolla la empresa concesionaria de la autopista AP-6 -Iberpistas- consistente en la ampliación a cuatro carriles del tramo entre la M-50 y Villalba; un tercer carril desde Villalba al Valle de los Caídos; la ampliación del peaje de San Rafael, y la construcción de un tercer túnel bajo la sierra de Guadarrama.

Es esta última la obra más importante de un proyecto cuyo principal objetivo es acabar con las retenciones que se producen en el límite entre Madrid y la provincia de Segovia y que obliga a cortar el tráfico en el interior de los túneles para evitar que los vehículos se puedan ver colapsados en el interior.

Este tercer túnel absorberá el tráfico en dirección a Madrid; el túnel dos, el de menor antigüedad, se destinará a la circulación en sentido Segovia, mientras que el primero se utilizará de forma reversible en función de las necesidades del tráfico. mientras que en situaciones normales será una vía de seguridad añadidas a los otros dos.

Primera quincena

La perforación del tercer túnel concluirá en la primera quincena de octubre. Será entonces cuando se produzca el «encuentro» en el que los operarios que perforaban desde Madrid y los que lo hacen desde Segovia podrán darse la mano. Continuarán después las labores necesarias para dar forma al túnel y construir su calzada.

Hasta el momento, según fuentes de Iberpistas, se han perforado 2.300 metros, de los 3.000 de que consta el túnel, de los cuales 1.800 se encuentran en la Comunidad de Madrid y 500 en Segovia, de forma que actualmente faltan unos 700 metros para el encuentro.

Una obra cuyo presupuesto supera los 130 millones de euros y que, según las previsiones iniciales, estará concluida en febrero del año 2007. La construcción del tercer túnel es una complicada obra de ingeniería, por cuanto supone horadar la sierra, si bien dada la longitud del túnel, sólo tres kilómetros, no se ha optado por las máquinas tuneladoras, como ocurre con los túneles del TAV, sino que se utilizan unas máquinas denominadas «Jumbos», que se encargan de realizar las voladuras con explosivos y detonadores eléctricos, una vez que se comprueban las características del terreno. Los «Jumbos» permiten avanzar entre tres y cinco metros en cada voladura, lo que supone que se pueden realizar hasta tres al día, lo que implica que el avance máximo cada jornada es de 15 metros.

Otro aspecto significativo del tercer túnel es que incrementará significativamente la seguridad de los otros dos ya existentes que discurren bajo la sierra, ya que se abrirán seis galerías de conexión, con el túnel 1 (en dirección a Madrid), y otras siete con el túnel dos (en dirección a La Coruña) , de forma que habrá una galería cada 175 metros, una cifra mayor que la establecida por la normativa europea.

Se trata, en definitiva, de conseguir un doble objetivo: por un lado, acabar con los atascos habituales de los fines de semana en el tramo comprendido entre San Rafael (Segovia) y Las Rozas (Madrid): por otro, aumentar la seguridad de esta infraestructura. Y es que la capacidad de la autopista AP-6 hace años que es insuficiente para el volumen de tráfico que tiene que absorber esta vía de comunicación. De hecho, el tramo de la Sierra recibe 35.000 vehículos diarios, de los que el 15 por ciento es tráfico pesado y autobuses. Esta situación hace prácticamente imposible que la AP-6 asuma todo este tráfico, lo que se traduce en retenciones kilométricas en la boca del túnel en dirección a Madrid. Y es que la antigüedad de los actuales túneles se remonta al pasado siglo, cuando en 1963 se inauguró el primero de los túneles, mientras que habría que esperar hasta 1972 para disponer del segundo. En 1967 se constituyó oficialmente Iberpistas, sociedad que gestiona Villalba-Adanero de la AP-6.