A la izquierda, Sastre en plena escalada; a la derecha, imagen de ciclistas subiendo la gran rampa de Cañada Nueva, a casi el 20 % (Foto: ARCHIVO / RICARDO M. PEÑA)
La doble subida al alto sanlorentino ofrece hoy la última gran ocasión para variar el podio de Madrid. Es la etapa que más teme Menchov, pero Sastre sólo atacará si ve “una debilidad muy clara”.
JAIME FRESNO | Miércoles 22 de octubre de 2014
“Sólo me preocupa la etapa de Abantos”, dice Menchov. Y el líder explica la razón: “Sastre está bien, es el más insistente atacando”. La cautela del ruso contrasta con la opinión generalizada que habla de que no hay terreno suficiente para atacarle. Y tampoco Sastre parece muy convencido. “Sólo atacaré si veo una debilidad muy clara”. El abulense corre en casa, pero a sus 32 años sabe que tiene difícil recuperar los tres minutos que le lleva Menchov. Coinciden en ello los analistas, que señalan que Abantos ofrece demasiados descansos y la contra reloj de Collado Villalba no hará diferencias, en apenas 20 kilómetros y no más de diez curvas. A ello contribuye la sensación de bloqueo que preside la carrera, desde que Menchov controló sin problemas a Sastre subiendo a Monachil. Sin embargo, la acumulación de esfuerzos y la explosividad de la etapa sanlorentina de hoy, con sólo 133 kilómetros y seis puertos, alimentan la esperanza. Por vez primera, la Sierra acoge un combinado de montaña con contra reloj; y por vez primera, Abantos se subirá dos veces. Su cima ya fue decisiva en 2003, cuando la remontada de Roberto Heras a Isidro Nozal en la cronoescalada. Y aquí en la Sierra, Perico Delgado desbancó a Robert Millar en 1985. No son muchos vuelcos a la general, pero al menos se han dado. Y entre medias, se han visto etapas de sufrimiento para el líder: Heras, en apuros ante Santi Pérez en Navacerrada, en 2004; Ullrich atrancado en Abantos en 1999; Perico atacando a Giovannetti, en el paso en línea por Abantos de 1990. El alto sanlorentino ofrecerá a los aficionados serranos las imágenes más espectaculares. Se va a subir desde El Escorial, con rampas en torno al 20% en las calles sanlorentinas de Cesáreo Pontón, Cañada Nueva y Fuente de la Teja. Y cerca de meta hay un tramo de 800 metros al 16%. Es el último tren de Carlos Sastre para asaltar el primer puesto o, en su defecto, el podio de Madrid; y el último escollo para Denis Menchov, favorito con el australiano Cadel Evans para imponerse en la contra reloj de Villalba.