Toros

Gran novillada de Montealto en Navacerrada con un bravo novillo premiado con la vuelta al ruedo

El novillo premiado es uno de los más bravos de este año (Foto: A. BLANCO)
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
La mala gestión de los distintos taurinos que han pasado por Navacerrada en los últimos 10 años dejó la plaza como un solar. Demasiados festejos lamentables. Se echó al público. Ahora es tiempo de levantar la feria. Este año el Ayuntamiento se hizo cargo de la organización. Todo ha cambiado. Los toreros han vuelto a cobrar sus honorarios.

Se han promocionado los festejos, la apuesta del Ayuntamiento ha sido positiva, los resultados son distintos al bodrio de antes y el público ha salido muy satisfecho.

En la feria de este año no es que la plaza se haya llenado, pero ofreciéndose carteles con interés y haciendo las cosas con trabajo se ha notado una evolución positiva. Hacía años que no iba tanto público a los toros en Navacerrada. La apuesta ahora tiene que ser a largo plazo. Echar a la gente de las plazas es fácil, pero hacer que vuelva cuesta tiempo. Se han visto tres buenos espectáculos.

La feria comenzó el viernes 7, con un festejo de rejones en el que se lidiaron cuatro utreros de Hermanos González Rodríguez; salvó el primero todos dieron buen juego y duraron mucho para los rejoneadores.

Mariano Rojo cortó tres orejas en una actuación sobresaliente. El rejoneador madrileño, que a punto estuvo de cortar el rabo a su segundo si no marra con el descabello, estuvo a un nivel importantísimo. Clavó con mucha pureza, toreó a dos pistas de manera colosal con el caballo Da Vinci y estuvo muy certero en banderillas. Rojo dio en Navacerrada una lección y demostró estar preparado para medirse con la élite del rejoneo.

Sergio Domínguez, que no brilló con el novillo que abrió el festejo, cortó un trofeo al cuarto. El riojano hizo gala de una monta sobria, sacando a varios caballos que se mostraron a gran nivel delante del toro.

El domingo 9 se lidió una extraordinaria novillada con picadores con el hierro de Montealto, que atraviesa un momento excelente. La novillada, seria, astifina y de unas hechuras extraordinarias, gustó mucho a público y profesionales. Novillada con cuajo y bien hecha. Un lujo. Del conjunto hay que destacar a tres: segundo, tercero y sobre todo al quinto, un novillo completo por bravo, alegre y fijo que duró muchísimo y que fue premiado con la vuelta al ruedo.

Antonio Joao Ferreira cortó dos orejas del cuarto tras torear bien de capa, banderillear con pureza y torear con aplomo y profundidad. El novillo se movió y el portugués supo aprovecharlo. A su primero, el ejemplar menos bueno de la tarde, a punto estuvo de cortarle la oreja de no fallar con el acero.

Juan Antonio Siro pudo cortar las dos orejas y el rabo si no pega el sainete con la espada con el novillo premiado. Se tuvo que conformar con un trofeo, pero dio una gran dimensión. Entendió de manera perfecta al gran utrero de Montealto, le dejó venir desde muy largo, le dio sitio y los muletazos salieron largos y siempre por bajo en tandas muy ligadas. La faena fue perfecta a un novillo de vacas. También pudo cortar la oreja del encastado segundo si anda acertado con el acero.

Miguel Ángel Delgado salió a hombros junto a Ferreira tras dos espadazos y dos labores plenas de capacidad y sentido del temple.