Editorial

Alternativas a la A-6

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
La propuesta del Gobierno de Esperanza Aguirre de convocar un concurso de ideas para construir una carretera radial como alternativa a la A-6 ya está generando todo tipo de reacciones, en buena medidas impulsadas desde el ámbito ecologista, rechazando esta actuación al considerar que afectaría de manera grave al entorno natural de la zona. Quizá antes que nada convendría que de una vez por todas los túneles de Guadarrama funcionasen a pleno rendimiento, algo en lo que el Ejecutivo autonómico ha insistido en reiteradas ocasiones -y lo mismo el alcalde de esta localidad en relación a la variante-. A partir de aquí se pueden hacer muchos comentarios y establecer innumerables matices, pero de lo que no cabe duda es que la corona noroeste se enfrenta a un problema de difícil resolución. La solución planteada por Fomento de prolongar el bus-vao hasta Collado Villalba puede ser positiva, aunque con toda probabilidad se quedará muy lejos de atajar esta situación. Algo más se lograría con el cierre por el norte de la M-50, si bien éste proyecto parece enquistado en el enfrentamiento entre los gobiernos central y regional.

Así pues, habrá que estar atentos a las alternativas propuestas dentro de ese concurso de ideas de cara a la hipotética R-6 o M-65 (la alternativa del Eje Pinar está muy lejos de convertirse en una verdadera solución a medio y largo plazo), una vía de circunvalación cuyo objetivo sería aliviar los habituales atascos, aunque en cualquier caso cualquier actuación debería ejecutarse con el máximo respeto al medio ambiente, y más teniendo en cuenta que se construiría en una zona al pie del futuro Parque Nacional.

Se está hablando en estos días de la importante presión urbanística, con un crecimiento (Las Rozas, Majadahonda, Boadilla, Villalba, Galapagar y un largo etcétera) que se ha trasladado a la A-6, aunque cabe decir en este sentido que no es superior (en muchos casos es notablemente inferior) al que se ha registrado en el entorno del resto de carreteras nacionales (de la A-1 a la A-5), y en estos casos sí se han arbitrado soluciones -con mayor o menor éxito, eso sí- que al Noroeste y la Sierra de Madrid todavía no han llegado.