Opinión

Los tópicos de los aparcamientos subterráneos

Ecologistas en Acción

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Me parece. ilustrativo plantear algunas cuestiones relacionadas con la construcción de aparcamientos subterráneos en nuestro país, máxime cuando nuestros responsables municipales pretenden demostrarnos que estos aparcamientos están hechos para facilitar la vida urbana y mejorar su calidad de vida. Y, de paso, desmontar algunos de los tópicos que habitualmente se manejan, como por ejemplo, que devuelven al peatón el espacio que hasta ahora ocupaban los coches.

Aunque a primera vista los aparcamientos subterráneos permiten enterrar los coches bajo el subsuelo de la ciudad haciéndolos desaparecer de las calles y ganar espacio para los peatones, lo cierto es que las consecuencias de su construcción son devastadoras para el medio ambiente urbano. De entrada, resulta necesario arrasar con todo el arbolado existente para, a continuación, reurbanizar la mayor parte de la calle y convertirla en un auténtico erial urbano, ocupado por asfalto, granito y cemento, sin apenas árboles o, como mucho, con algunas jardineras diseminadas y con pequeños retazos de césped. Vemos de este modo como calles que, a pesar de la presencia de coches, pueden resultar agradables para el paseo, se transforman en auténticas solanas. Porque, claro está, la lógica empresarial del máximo beneficio, con el beneplácito del ayuntamiento de turno, por supuesto, empuja a las empresas constructoras-concesionarias a ocupar la práctica totalidad de la calle, instalando en las aceras, potencialmente peatonales, toda una parafernalia de rampas, escaleras y torres para ascensores, olvidándose de la sombra arbórea, de las plantas y del verde, lo que obliga a los viandantes a buscar cobijo en soportales para protegerse de la lluvia o bajo los toldos de las terrazas de los bares cuando en verano aprietan los rayos del sol.