El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El Partido Socialista de Madrid (PSM) se enfrenta a un fin de semana decisivo para su futuro a corto y medio plazo. De hecho, esta misma tarde, si no se rompen las previsiones, los socialistas madrileños tendrán un nuevo secretario general, que sucederá a Rafael Simancas y cuya responsabilidad principal será levantar el partido tras el batacazo en las elecciones municipales y autonómicas del 27 de mayo. Quien parece tener más números para acceder al cargo es el alcalde de Parla, Tomás Gómez, que puede presumir de ser el más votado de España, aunque otra cosa es trasladar al apoyo local a las complicadas y revueltas aguas del PSM. Sea quien sea el nuevo líder del socialismo madrileño, no lo va a tener fácil, e incluso empieza a extenderse la sensación de que la crisis se cerrará en falso. De momento, el congreso empezará hoy con un nuevo problema, el de Leganés, ya que el primer pleno celebrado tras la moción de censura que apartó a Guadalupe Bragado (PP) de la Alcaldía se saldó con la sorpresa de la ausencia de cuatro ediles socialistas, sin que aún estén demasiado claros los motivos, aunque parece claro que pertenecen a la corriente que en su momento no apoyó la designación de Rafael Gómez Montoya como cabeza de lista. Éste, que también forma parte de la comisión gestora que dirige de manera temporal el PSM, se vio obligado a suspender la sesión, por lo que los socialistas no terminan de salir de un problema cuando se encuentran con otro. Lo que queda claro con esta situación, que puede ser una simple serpiente de verano o tener consecuencias inesperadas, ya veremos, es que el PSOE madrileño debe afrontar una completa regeneración, superando de una vez las disputas internas, algo que no puede reducirse a la estructura directiva a nivel regional, sino extenderse a todas las localidades -y en la Sierra hay ejemplos de sobra: San Lorenzo, El Escorial, Guadarrama, Alpedrete...-, para empezar desde ahí una nueva etapa más cercana a sus militantes y al tiempo capaz de generar ilusión entre su potencial electorado.