C. Cuesta
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Las hipotecas preocupan a la colectividad. Las últimas subidas de los tipos de interés y el encarecimiento de las hipotecas han obligado a muchos hogares a apretarse el cinturón para llegar a fin de mes. Sobre todo en el presupuesto que dedican a sus momentos de ocio y tiempo libre. La economía española comienza a tener puntos de flaqueza y esa realidad empieza a hacer mella en los ciudadanos.
La alegría en el gasto y en el vivir cotidiano son escenas que pronto van a desaparecer de nuestros entornos. O empleo el dinero para esto, o para aquello. Con todo no se puede, manifestaba una persona próxima que ya comienza a sentirse afectada por el alza de los tipos de interés.
Y en este recorrido económico, prescindir o reducir las vacaciones es el principal sacrificio que tienen que asumir las familias metidas en este fragor de las hipotecas. Más del 40 por ciento de los titulares de un crédito debe afrontar ahora mensualidades más onerosas admite que recorta sus vacaciones. El ocio fuera del hogar tampoco escapa al efecto del alza de los tipos. Los restaurantes son los que más han podido sufrir el nuevo escenario, ya que un 26 por ciento de los hipotecados asegura salir menos a comer o cenar fuera de casa por el esfuerzo adicional. La renuncia al ocio vital es cada vez más notable y este hecho dice poco de cómo van las cosas por esos lares. Para los especialistas, la situación todavía no es dramática, pero ya empieza a causar síntomas de alarma y los descensos en el consumo se irán notando paulatinamente.
A tenor de estos datos, muchos conocidos ya han comprado las vacaciones a plazos, una opción de muchas familias para disfrutar de sus días de descanso. Está visto que nadie quiere perderse unas jornadas placenteras y alejadas del mundanal ruido. Vale más poco y bien que mucho y gastado. En fin, los créditos nos están volviendo locos y el dinero, cada vez más caro, nos obligará a olvidarnos de muchas pretensiones. Lo primero es lo primero, que diría un razonable padre de familia o madre, según casos. El alza de los tipos de interés va camino de convertirnos en eremitas. La capacidad de gasto se está reduciendo a pasos agigantados y supone un mal fario para todos.
Ese poder adquisitivo de hace años sigue la senda de lo negativo. Sueldos por debajo del IPC, hipotecas complicadas y gastos imposibles. Habrá que acogerse a tipos de financiación que no castiguen tanto al usuario. Ya sé que este tipo de preocupaciones populares apenas afectan a los mandamases políticos. Ellos con subirse el sueldo cuando les viene en gana tienen bastante. El futuro cercano se pondrá irresistible y habrá que contentarse con tomar, en una terraza, el agua de la traída y aceitunas sin hueso. ¡El ocio que no falte!.