Autoritarismo trasnochado

Después de largos años de escribir en los periódicos artículos de opinión y cuando ya mi avanzada edad me obliga a colgar la pluma usted, señor Aznar, un político de experiencia en la oratoria, un hombre de titulación universitaria y que llegó a ser presidente del Gobierno español, me induce a enviar a la prensa estas líneas que me han provocado sus insultantes declaraciones sobre la campaña de prevención de accidentes de la Dirección General de Tráfico (DGT). Por eso, aún considerando que mi preparación y circunstancias no sean las más adecuadas, no me reprimo a la hora de tener que decirle que usted no tiene la menor idea del enorme esfuerzo que está costando enderezar algunas conductas relacionadas con la seguridad del tráfico.

Usted, en un alarde de autoritarismo trasnochado, clásico de su comportamiento, parece pregonar que si volviera a recobrar el poder permitiría que nadie dijera a la población lo que puede o no puede beber, a la par que ha expresado su desagrado porque le recuerden que no pueden conducir por usted.

El traje de libertario
Lo peor de todo esto, señor Aznar, es que posiblemente haya hecho estas declaraciones completamente sobrio, con lo cual, caso de hallarse al volante, no procedería sancionarle, quitarle puntos o retirarle el carné. La verdad, aunque el traje de libertario le aporta a usted la naturalidad de un disfraz, temo que algún despistado pudiera interpretar sus palabras como sinónimo de una anarquía orientada a fomentar los accidentes de carretera y así, quizás, tendrían ustedes algo más de que culpar al partido actualmente en el Gobierno.