Opinión

Tomás Gómez se perfila como sucesor de Simancas. Mayorías prepotentes, plenos sin competencias y fraude electoral

De izquierda a derecha: Tomás Gómez, alcalde de Parla y candidato a dirigir el PSM; Rafael Gómez Montoya, regidor de Leganés; José Pablo González, primer edil de Villalba; Rafael Simancas, ex portavoz del PSOE en la Asamblea; Manuel Robles, regidor de Fuenlabrada; y José Cepeda, otro de los candidatos a ponerse al frente de los socialistas madrileños (Foto: ARCHIVO)

Luces y sombras

Manuel J. Ortega

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El alcalde de Parla, Tomás Gómez, se perfila como el aspirante más sólido a la hora de ocupar el cargo que dejó vacante Rafael Simancas el pasado 4 de junio, tras presentar su dimisión como secretario general del Partido Socialista de Madrid. El actual regidor que tiene a su favor el hecho de ser el alcalde más votado de España, dispone del respaldo confeso de una gran mayoría de las agrupaciones del Sur, además del de Simancas y otros dirigentes del partido, caso de Matilde Fernández (portavoz del PSOE en la Asamblea), Joaquín Leguina (ex presidente regional), Juan Barranco (senador) y el del líder del sector “socialdemócrata”, Antonio Carmona.

Los otros dos candidatos (siempre que consigan el 25 por ciento de las firmas de los delegados), el diputado regional, José Cepeda, y el edil del Ayuntamiento de Madrid, Manuel García Hierro, aún sin contar con el respaldo mediático que se le supone a Gómez, no pierden la esperanza de sumar más votos que su opositor, que precisamente ha dicho que, en caso de ser elegido secretario general, piensa continuar al frente de la Alcaldía y que hará todo lo posible para que desaparezcan “las distintas sensibilidades y corrientes de opinión que existen en el partido”. Cepeda, que cuenta con el respaldo del diputado nacional, José Acosta, líder del guerrismo madrileño, se autodefine como “candidato de las bases” y ha manifestado que su campaña está basada en “ilusionar a la militancia, conseguir que cada uno de ellos tenga una función dentro del partido y, caso de resultar elegido, otorgará más recursos a las agrupaciones”. García-Hierro ha procurado dejar claro que su única aspiración es ser “secretario de los socialistas madrileños y no candidato a la Asamblea ni a la Alcaldía de Madrid”, comprometiéndose a que todos los cabeza de lista serán elegidos por los militantes en primarias.

Pronósticos y comentarios al margen, ahora la pelota está en el tejado de los 837 delegados designados por los 23.000 militantes con que cuenta el PSOE en nuestra región, porque ellos son los únicos que pueden decidir quién va a ser el máximo dirigente del socialismo madrileño tras el Congreso que se celebrará los días 27 y 28 de julio, cita que a juicio de muchos socialistas debería haberse aplazado a fin de poder abordar una transformación más profunda en el seno del PSM. Sin embargo, la Gestora que preside la ministra Cristina Narbona ha optado por lo más sencillo, es decir, cerrar cuanto antes la crisis suscitada en el partido tras la dimisión de Simancas, elaborando a tal fin un documento basado únicamente en la orientación estratégica de futuro sin contemplar otros puntos para el debate. De ahí que los candidatos a la secretaría general sólo van a poder discutir sus ideas de futuro sin entrar en mayores detalles lo que, teóricamente, deberá determinar el voto de los compromisarios hacia una u otra opción.

MAYORÍAS ABSOLUTAS, COMPETENCIAS DE LOS PLENOS Y FRAUDE ELECTORAL.- Al menos que nosotros sepamos, tres de los Ejecutivos serranos que obtuvieron mayoría absoluta el las elecciones celebradas el pasado 25 de mayo, concretamente el socialista de Collado Villalba y los populares de Valdemorillo y Moralzarzal, han tomado la decisión de delegar parte de las competencias plenarias en la Junta de Gobierno, decisión que intentan justificar en el hecho de que con ello agilizarán los servicios municipales. Obviamente, la respuesta crítica de los grupos de la oposición no se ha hecho esperar y aunque estos admiten que esta medida es legal la tildan de antidemocrática, puesto que anula las competencias y el debate de las sesiones plenarias, convirtiéndolas en un mero trámite.

No es bueno para nuestra democracia que un partido político, el que sea, convierta el Ayuntamiento en un nuevo apéndice para refrendar todas sus políticas, haciendo que sistemáticamente el debate político se erija en una imposibilidad real, porque de antemano unos se impondrán por la fuerza del 51 por ciento de los votos al resto, Es cierto que la expresión “mayoría absoluta” es una forma jurídico-política que indica la voluntad de un pueblo en conceder su confianza a un partido determinado para que gobierne con exclusión de todos los demás, pero esto no supone un cheque en blanco para que se gobierne de cualquier forma, porque de ser así al final lo que obtendríamos es un desencanto creciente de los ciudadanos para con sus instituciones y la conversión del llamado parlamentarismo en una ficción de buenos (los que gobiernan) y malos (los que están en la oposición). En la conciencia política de los mayoritarios está el ser moderados en las decisiones y así enriquecer el diálogo con los representantes del los grupos políticos de la oposición. Gobernar por decreto no creo que sea lo más conveniente.

Tampoco es momento de obviar los pactos contra natura que se han llevado a cabo en algunos consistorios de nuestra comarca, exhibición portentosa de fraude electoral realizada a través de la manida ingeniería política que burla el mandato de los electores. Urge, pues, modificar la ley electoral -Rajoy ya se ha comprometido a hacerlo en caso de ganar las próximas elecciones-, para acabar con estos pactos tramposos que, al margen de las urnas y contraviniendo sus resultados, se le hacen al pueblo soberano. Con tanta gente estafada, cuando sea convocada de nuevo a votar ¿volverá a pasar por las urnas?. Me temo que no.