San Lorenzo

Las claves del Festival Lírico

Josafat Coromina, junto a un cartel con la programación, en el vestíbulo del Teatro Auditorio de San Lorenzo (Foto: E. P.)

San Lorenzo El director artístico del Festival Lírico, Josafat Coromina, explica las claves de un ciclo que se desarrolla hasta el 13 de agosto con el objetivo de convertirse en un referente en España.

ENRIQUE PEÑAS | Miércoles 22 de octubre de 2014
El miércoles empezó el Festival Lírico 2007 en el Auditorio de San Lorenzo de El Escorial, un ciclo que se prolongará hasta el 13 de agosto y que este fin de semana tiene una de sus primeras grandes citas con el estreno mundial de Schubertiada, de María Joao Pires, que ya ha agotado las entradas y que es síntoma de que las cosas pintan bien para las próximas semanas, con una programación que combina nombres consagrados con nuevos valores. De todo ello hablamos con el director artístico del festival, Josafat Coromina.

¿Cómo es esta segunda edición del Festival de San Lorenzo?
En principio diría que responde a unas intenciones que tiene la Unión Temporal de Empresas (UTE) que gestiona el Auditorio que van quizá un poco más allá de mirar lo que es el Auditorio y un festival como negocio, sino que se trata realmente de poder acercar a los espectadores una oferta diversa y de calidad, y además asequible para los propios espectadores.
¿Y en cuanto a la programación?
El Festival tiene unas piedras sillares en cuanto a nombres internacionales, que son María Joao Pires, Jessye Norman, Aída Gómez, Alexei Volodin y la Orquesta y Coro del Teatro Mariinsky de San Petersburgo, que viene con su director, Valery Gergiev.

Precisamente el Mariinsky tiene un gran protagonismo en el último tramo del festival, con conciertos y sobre todo con dos óperas, Il viaggio a Reims y Tosca...

Son muy diferentes, aunque ambas sean de italianos. Somos conscientes, y no hablo de San Lorenzo o la Sierra, sino de la Comunidad de Madrid, de que la tradición operística aquí tiene 10 años, que son los que tiene el Teatro Real. Entendemos que no podemos ir de posmodernos, sino que tenemos que buscar creaciones y versiones que puedan ser comprensibles incluso para un espectador que jamás haya visto una ópera. Tiene que haber una comunión con el público, y las variaciones hay que llevarlas con cierto temple. Es bueno introducir modernidad, pero a veces demasiada choca con un público que no ha tenido tiempo de formarse ni de asumir todo el concepto de la ópera.

También destacan en la programación las matinales del ciclo joven. ¿Se trata de acercar el festival a un público más amplio?
El Festival Joven es muy importante para nosotros. Al mundo tradicional de la ópera y los conciertos siempre se le acusa de que vive anclado con unos determinados nombres y personajes que hacen de tapón. Queremos evitar eso con este ciclo, que se desarrolla en cuatro domingos, con conciertos a las 12.00. Empieza el Cuarteto Quiroga, sigue el pianista argentino Horacio Lavandera, luego está la soprano vasca Maite Maruri, una chica de 25 años que, no lo digo yo, sino incluso Plácido Domingo, es la gran voz española del futuro; y finalmente estará el italiano Alberto Nose. Son los grandes nombres del mañana, y además ocurre una cosa muy curiosa, y es que los jóvenes admiran a los grandes intérpretes, pero también hay un proceso de empatía con los que son de su edad, de su generación.

Y con todo esto, ¿cómo se sitúa el Festival de San Lorenzo en el mapa nacional?
El conjunto es muy importante. Creo que es uno de los más importantes de España, no por tradición, claro, sino por programación, y lo que esperamos es que sea un referente muy pronto, sobre todo en la meseta, donde no hay festivales. Todos son periféricos y ya tocaba tener uno aquí en condiciones, al que venga gente de fuera. De hecho, nos han dicho que para ver Il viaggio a Reims viene un vuelo charter desde Salzburgo, y todo eso es un valor añadido que es muy importante.

El festival de verano con el que se estrenó el Auditorio en 2006 tuvo una gran acogida de crítica y público. ¿Se responde este año a la expectación que se había creado? Yo creo que la superará. Para la Schubertiada ya están agotadas las entradas, y la media es que ya hemos estamos en torno al 40 por ciento de las localidades de todo lo que sale a la venta. Cuando programas un festival pensando en el público, eso también es un regalo en cierto modo, porque supone acercar a casa algo que de otra manera te costaría mucho ver. De todas formas, esto no se va a conseguir con un festival, dos o tres, sino con muchos años para ir afianzando esto con las líneas que ya hemos comentado: calidad, nombres y valores emergentes.
¿Están trabajando ya para los próximos ciclos de Navidad y Semana Santa?
Sí, pero el 14 de agosto, una vez que cerremos el telón del festival, no pensaremos sólo en Semana Santa y Navidad, sino en el verano del año que viene, en el de 2009, en el de 2010 y más allá, porque hoy en día la contratación hay que hacerla con mucho tiempo. Y todo ello pensando en consolidar la programación y conseguir que la gente se sienta orgullosa de tener un festival así. Para eso hay que hacer mucho trabajo, tener muchos éxitos e incluso fracasos.

Y para terminar, vamos con algunas de las principales citas del festival, empezando con la Schubertiada. María Joao Pires es posiblemente una de las mejores pianistas de las últimas décadas. Además hace un estreno mundial, con unas jornadas en torno a Schubert en las que ha reunido a músicos de gran calidad que van a interpretar con ella distintos programas. Es una celebración. Oiremos a Schubert cantado tanto de forma lírica y también de manera más próxima al pop rock, y por supuesto no faltarán sus piezas clásicas, como La trucha, La muerte y la doncella y La fantasía.

Jessye Norman. Es la soprano norteamericana por excelencia. Domina no sólo el repertorio lírico, sino también el de gospel y canción. Es una mujer realmente extraordinaria, una gran diva.

Aída Gómez. Nos trae una Carmen magnífica. Es una de las mejores versiones que se han hecho en danza. Una Carmen muy teatralizada, con unos arreglos musicales increíbles.

Alexei Volodin. Es un pianista ruso de 28 años, extraordinario. Le persiguen las grandes orquestas del mundo. Y aquí le tenemos con los conciertos de piano y orquesta de Beethoven.

Orquesta y Coro del Teatro Mariinsky de San Petersburgo. Hoy en día es sin duda el mejor teatro de ópera del mundo. Trabajan 3.500 personas y en momentos determinados hasta 5.000. Su director, Valery Gergiev, es un caso aparte. Es un hombre que ha sabido aceptar innovaciones desde la tradición clásica, y él mismo participa activamente en ellas. Está considerado como uno de los grandes, con una ventaja, y es que él tiene 50 años y los demás ya están en los 70. Vamos a tener dos conciertos y dos óperas. Una es Tosca, con una versión que se sitúa en la Italia de Mussolini, en los años 30. Y la otra es Il Viaggio a Reims, una ópera coral de Rossini no demasiado conocida, un divertimento: la orquesta está en el escenario, no en el foso, es una historia simpática, con una música deliciosa y los cantantes pasan la cuarta pared y entran en el sector del público, lo que es muy interesante.

Y además, recuerda Coromina, teatro con Cyrano de Bergerac y el musical infantil Romeo y Julieta, percusión y danza con Camut Band, la gala Operalia y el caramelo vocal de Swingle Singers. Más información en www.auditorioescorial.org.