El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Con la llegada del verano entramos también en la época de mayor riesgo en cuanto a incendios forestales. Los buenos datos de la campaña pasada no pueden hacer que bajemos la guardia de cara a los próximos meses, especialmente si tenemos en cuenta que las intensas lluvias de mayo han hecho que haya muchísimo pasto, que a la mínima se puede convertir en potencial combustible. La Comunidad de Madrid presentó el miércoles en Cercedilla el dispositivo especial para estas fechas, con unos 2.600 efectivos y más de 400 vehículos. Cifras que aisladas son importantes pero que aún deben serlo más si funcionan los mecanismos de coordinación y las órdenes de mando. Hay numerosos ejemplos de que la desorganización puede arruinar operativos aparentemente infalibles, y el riesgo de que esto ocurra aumenta cuando nos enfrentamos a un elemento tan devastador e imprevisible como el fuego. Prevención, vigilancia y extinción son los tres pilares sobre los que se asienta la lucha contra los incendios, a los que cabría unir uno más: la concienciación de los ciudadanos. Con el buen tiempo se multiplican las salidas al campo y con ello el peligro de que cualquier descuido pueda acabar en tragedia. Precisamente un agente forestal comentaba el pasado miércoles en Cercedilla que en la región gozamos de un extraordinario patrimonio natural, aunque frecuentemente desnaturalizado y masificado -mucho más, decía, que en zonas como Castilla León, Andalucía o Asturias-, lo que hace que aumenten los riesgos. En manos de todos está reducirlos a la mínima expresión.