Dudas despejadas

Había muchas dudas sobre cómo estaría José Tomás tras cinco años sin torear. Bueno, sin torear no, que lo ha venido haciendo en el campo, pero no en público. Una vez pasada su reaparición, las dudas se han despejado. Sigue siendo el mismo y continúa fiel a su puro concepto del toreo. Fue un reencuentro feliz y volvió a ponerse en ese sitio donde cruje el público y embiste el toro, pero donde el torero tiene el riesgo de ser cogido. El mito sigue ahora más vivo que nunca. Y no es ya que se mantenga, sino que ha crecido. Era seguro que un torero con su carisma y con lo que había conseguido no podía permitirse el capricho de volver a perder todo su ganado prestigio.

Pero lo bueno de todo es que incluso a vuelto si cabe mejor que cuando decidió dejar de torear. El diestro de Galapagar nos devolvió el domingo la esencia del toreo y la pureza que sólo los elegidos como él son capaces de transmitir. Su toreo raya la perfección y su valor y profundidad es única. Ahora veremos cómo resuelve sus próximas citas, pero desde luego que no ha venido a pasearse.