Opinión

¿He dicho yo amnistía?

Ramón Rodríguez Casaubón | Viernes 22 de septiembre de 2023
“Buscaré votos hasta debajo de las piedras” de cara a su futura investidura, arengó Pedro Sánchez a sus seguidores. Nos consta que ya ha levantado tantas piedras buscando votos como munición está proporcionando a la derecha ante una posible repetición electoral.

Y hablando de piedras me viene a la mente el magistral refranero español: “Ningún tonto tira piedras a su propio tejado” o su variante: “Sólo los tontos y los necios tiran piedras contra su propio tejado”. De una forma u otra lo que nos quiere decir es que no es muy sensato actuar en contra de nuestros propios intereses y menos públicamente. Si no que se lo pregunten al PP con su intervención en euskera en el Congreso durante la puesta de largo del uso de las lenguas cooficiales.

Sánchez ni es tonto, ni necio y tiene una capacidad especial para oler sangre y perseguir oportunidades, aunque intuyo que esta facultad va mermando paulatinamente.

Durante la anterior legislatura, ministros y ministras varias del PSOE se postularon sistemática y vehementemente en contra de la posibilidad de una amnistía. Entre ellos el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Carmen Calvo, por aquel entonces vicepresidenta primera del Gobierno de España, aseguraba en el Senado que “la amnistía no era planteable en un Estado de derecho y democrático ya que significaría suprimir uno de los tres poderes del Estado, en concreto el judicial. Iceta, Campo o Marlaska se expresaron en términos similares con respecto a la misma cuestión y hasta el propio Sánchez llegó a decir que: “su Gobierno no iba a aceptar la amnistía”.

Por aquellos mismos días los partidos independentistas (Junts, ERC y la CUP) aprobaban una resolución en el Parlament por la que la Cámara catalana se comprometía “una vez conocida la sentencia, si es condenatoria, a trabajar para encontrar soluciones para conseguir su libertad a través de la aplicación de una amnistía”. Cosa que Sánchez no iba a aceptar como hemos indicado hace justo un instante.

Pero llegamos a las elecciones de Julio del 23 y mira tú por dónde que sin los votos de Junts, derecha muy derecha e independentista catalana, Sánchez no podrá ser presidente. Ahora la amnistía no solo es posible, sino deseable y absolutamente necesaria. Si Sánchez quiere continuar al frente del ejecutivo.

Esto nos hace regresar al refrán sobre los tontos, las piedras y los tejados. Viéndome obligado a repetir que Sánchez no es tonto, pero sí puede equivocarse. Su mayor error hasta la fecha ha sido la cacería entre “sumativa y sumaria” contra Podemos. Y no tardando demasiado el tiempo me dará la razón. Con la inestimable, e imprescindible, ayuda de Yolanda Díaz, ha destrozado Unidas Podemos, condición de estabilidad tanto en números como alianzas que permitían un Gobierno progresista. Eso ya no existe.

Para el común de los mortales una amnistía es el perdón de cierto tipo de delitos, que extingue la responsabilidad de sus autores.

Para Sánchez desconocemos lo que significa pues hasta hoy día no ha hecho referencia a este término ni durante la campaña electoral y menos aún desde que finalizó. Deja que sean otros y otras quienes hablen, y hablen, y hablen sobre ella. Tengo claro que Pedro se ha guardado algunas de las piedras que ha levantado y dependiendo del contexto las lanzará contra el PP, Juntx y siempre contra Podemos.

Cuando se acerque el momento de su investidura, tras la “actuación” de Feijóo, veremos como Sánchez doblega a Puigdemont o serán convocadas nuevas elecciones en las que podrá enarbolar la bandera de la resistencia ante el independentismo y, ¡a ver a quién seduce! Pedro Sánchez, Bolaños y Santos Cerdán creen tener entre sus manos una estrategia del tipo “winwin”, pero como se descuide lo que va a tener son muchos más “Pages, González y Guerras” y además votando en consecuencia. Si Feijóo es capaz de transmutarse en Bonilla tal vez ni éste ni Ayuso puedan mandarlo de vuelta a Galicia. Y entre tanta amnistía, hasta en la sopa, ya no sabemos que es peor, si la política o el puñetero mosquito tigre.

“Cuando el medio es el fin, principio y final se confunden”, Soul Etspes.

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