Opinión

El beso y la gota que colmó el vaso

Jesús Antonio Fernández Olmedo | Viernes 25 de agosto de 2023
Cuando el género homo va acumulando acciones en una dirección, si se trata de una línea coherente, es decir, trata de ayudar a otros, lógicamente irá vibrando su vida de una manera.

Distinto es el camino que recorre mucha gente cuando acumula actos incoherentes, incongruencias, pues comenzará a tener en su vida, comenzará a tratar a otros como objetos para su uso, manipulará, forzará a otros a hacer algo que no quieren, ahí es donde se siente grande y, por tanto, su vida acabará diluida y su debilidad e insensibilidad será cada día mayor.

Todo se acaba algún día y todos estos personajes que realizan actos violentos deberíamos de aprender para no hacer lo mismo que ellos nos demuestran. Ellos nos enseñan el camino por donde no debemos ir.

La locura se va apoderando de nuestras sociedades y uno debería de buscar, crear, un centro interior donde no entraran balas.

Un mundo que se va quemando, si es fuego purifica para crear algo nuevo, entonces quizás algo bueno tendrá todo esto.

Parece que todo arde alrededor nuestro pero, sin embargo, es tomar la responsabilidad de cada uno y comenzar a crear un mundo nuevo, pero tenemos que dar hacia el otro y que el otro ser sea nuestra preocupación y no uno mismo.

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