La que algunos le han hecho llamar "de género" no es más que una forma de violencia de las múltiples que estamos viviendo, tales como la económica, la psicológica, racial, religiosa, moral, sexual y etc...
Son buenos, podríamos decir, para producir nombres curiosos para los males que padecemos hoy, pero son muy inútiles a la hora de erradicarlos, ya que de fondo no saben cómo, pero claro, no se van a sincerar.
No hay manera de terminar con la violencia, y esto irá a más. No podemos pensar ingenuamente y creer que estamos en el planeta del país de las maravillas.
Si algunos creen que poniendo pasta van a terminar con la violencia, están equivocados, ¿Cómo van a arreglar un problema educativo, social y político realmente con dinero?
Eso no es posible, eso no es así de ninguna manera, por muchos policías que pongas no vas a terminar con la locura que arrasa ya por todas partes.
Por otro lado, los padres no saben educar, ya que
dicen a sus hijos: "Niño si te pegan tu pegas", esto es algo de donde no hay una salida real y consciente.
Habría que comenzar de cero, desde la infancia y adolescencia, poniendo en marcha un sistema educativo basado en "tratar al otro como a mí me gustaría que me trataran" , un sistema que respetara al otro como a mí, donde el ser se basara en la integridad, en la bondad, en la excelencia y, para ello, soportado en pilares como la disciplina, el trabajo coherente y permanente y, por supuesto, poner como máximo valor el hecho de hacer el bien al otro, que la salida a todos como sociedad está en que los demás estén okey y por ende eso me beneficiará a mí.
Esto supondría que hemos logrado hacer una interiorización de nosotros como sociedad, como conjunto, y saldríamos de este individualismo donde nadie tiene futuro, ni tampoco los ricos en sentido material, cosa que se pone como máximo valor y por ello así nos va.