Opinión

Urbanidad Laxa

Jesús Antonio Fernández Olmedo | Viernes 12 de agosto de 2022

El fenómeno de concentración del capital, es decir, la acumulación de poder en pocas manos, avanza hoy sin que para nada se pueda sentir afectado por las crisis políticas, sociales, migratorias, energéticas, ecológicas y demás.



La participación social, la cooperación, participación de las gentes en la construcción de nuevas formas de sociedad hoy se reduce al mínimo por no decir 0. Solo hay pequeñas o grandes protestas que muchas veces acaban violentamente y que, con ello, nada se avanza.

Es decir, la participación diaria, que es en lo que se basa la vida política, de polis, ciudad, en un compromiso de construcción de mantener unos valores sociales, educativos, sanitarios, públicos del todo y para todos realmente hoy es 0.

Hay, como decíamos, estallidos sociales, pero después se van apagando como una velita y nada más.

Estamos a punto de entrar en la era de los androides, es decir, que cada vez habrá más tecnología sustituyendo a personas. De no encontrar soluciones en breve, con estudios políticos, sociales, con la participación de toda el área social las consecuencias de esta nueva situación puede ser desastrosa.

La esclavitud o explotación de hoy es opaca, es decir, no se puede detectar fácilmente al igual que en otras épocas se sabia perfectamente quién era el esclavo y quién el señor que mandaba a pie de látigo.

Por otro lado, al no estar la población en actitud activa y de lucha por una serie de derechos, unos pocos hacen lo que les viene en gana con unos muchos que hablan y se quejan de que algo no funciona pero no se ponen de acuerdo en nada.

La población está vendida y callada.

Los autónomos de hoy de los que tanto se habla en realidad son falsos autónomos, porque han sido desposeídos de medios de producción propios. Aquí también influye el retroceso humano general en cuanto a crear cosas nuevas, aparatos de trabajo distintos, productos diferentes.

Se está no en situación de estancamiento sino en un claro retroceso a todos los niveles.

Quizás pueda haber grupos a distintos niveles que cuestionen el sistema pero al final viven de él y no generan tampoco nada distinto. Con esto me estoy refiriendo por ejemplo entre otros a políticos en los que pareciera que quieren un mundo nuevo pero no avanzan un palmo porque al final es el sistema del capital el que marca las pautas de comportamiento social y ellos como empleados acatan para no perder su posición social y dinero.

Es necesario construir desde abajo hacia arriba en la medida en que cada uno pueda para producir un escenario donde todos tengamos cabida y no solo algunos. Desde arriba no se puede hacer nada ya que todo va a depender de los mercados y de que a ellos les vaya bien.

La construcción la puede comenzar cada uno de nosotros tejiendo un tejido social que hoy no existe, poniéndose de acuerdo con otros, promoviendo acciones, colaborando, exponiéndose a nuevos cambios, situaciones, críticas, utilizando armas como el coraje que para eso lo tenemos como herramienta básica para avanzar. Por supuesto desechando de una vez toda esa falacia de elecciones porque en realidad no elegimos a nadie sino que es el capital el que está entre bambalinas y es el que gobierna con un látigo sutil y psicológico.

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